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Doña Rosa anda muy preocupada. Su hija Daniela se la pasa todo el día encerrada en su cuarto chateando, escuchando a esa (sic) Marilyn Manson a todo lo que da, se viste toda de negro y tiene amistades poco comunes: chicos que también se visten de negro, se pintan los ojos, los labios, se cuelgan cruces invertidas.
Doña Rosa anda muy preocupada y ya no sabe que hacer cuando escucha por la radio o ve en la tele que una chica “Dark” fue atacada por otra chica “Gótica” en el patio de un colegio secundario. ¡Hasta le puso un celular a la nena para vigilarla a la distancia! Pero la muy viva lo apaga cuando ve por el “caller id” que es su mamá la que llama.
Multipliquemos este caso por miles. Tomemos la variable “Dark” y cambiémosla en cada caso por una tribu urbana distinta.
Aquellos grupitos de jóvenes que se visten parecidos, que tienen costumbres comunes y puntos de encuentro, podrían ser llamados tribus urbanas. Cada tribu tiene en común el ser similares. Cuando los sujetos se congregan voluntariamente, por el placer de estar juntos, por búsqueda de lo aproximado, se trata de una tribu urbana. Se trata de buscar en los otros, formas de pensar y de sentir idénticos a los propios, sin ser forzosamente concientes de ello. La tribu urbana, además ofrece a sus miembros la seguridad y el sustento afectivo del que carecen.
Las tribus urbanas son la plasmación de las encrucijadas que atraviesan a la juventud. Son la muestra de una ruptura cultural ante una sociedad desilusionada por la globalización de las ideas, la masificación y la inercia que caracteriza la vida en las ciudades súper-aglomeradas, donde todo corre a través del éxito personal y del consumismo. Se presentan como la instancia para acrecentar la construcción de uno mismo y el cariño con los pares, el contacto humano y la disyuntiva de construir identidad y potenciar una imagen social. Establecen una posibilidad de recrear una nueva sociedad dentro de la sociedad.
Volviendo al caso de Doña Rosa, los medios de comunicación en su afán de demonización de las tribus urbanas también las construyen, las potencian. Esta paradoja se da en tanto la exaltación de hechos aislados que presuponen violencia sean presentados en los grandes medios, dándoles importancia hasta formar una estructura en las mismas tribus, como rivalidades, status de poder o de igualdad, y solidaridad.
A su vez, las tribus urbanas se nutren de la contracultura; de revistas dedicadas plenamente a ellos, de música que no es la que se escucha en las FM todos los días, de sitios en Internet que los reúnen; viven al margen de, por así llamarlo, “el medio oficial”. Esta actitud esconde la elección de lo que la supuesta mayoría no quiere y a su vez elegir lo que sí prefieren las personas que son como el sujeto quisiera ser. Es una doble trampa de la masificación, haga lo que se haga en el fondo pareciera que siempre se sigue a algún salmón.
La existencia de tribus urbanas se ve en su gran mayoría en las grandes ciudades. La soledad y a la vez la libertad que acarrea el anonimato de vivir en una gigantesca urbe, permite un comportamiento más al margen de lo preestablecido. Mientras uno se va alejando de las ciudades ve como empiezan a desaparecer las bien llamadas tribus urbanas y como se van mezclando con rasgos propios de la región hasta desaparecer por completo.
La violencia exaltada en los noticieros entre las tribus urbanas nunca falta. Si bien tradicionalmente varios grupos diferentes de tribus urbanas, como los punks y los skinheads por ejemplo, se enfrentaron violentamente, esto no es lo que comúnmente une a los miembros de cada tribu. Se trata, sino de ciertas características como el vestirse, la ropa que usan, la ideología y hasta el vegetarianismo como una opción. Estas similitudes muestran a cada miembro un otro que lo refleja y ya no se ve solamente por manifestaciones violentas.
El compartir un recital de un grupo musical, o un momento hablando sobre ideas con personas semejantes refuerza la identidad del sujeto, puesto que es menos conflictivo encajar en un grupo donde todos piensan parecido que tener que enfrentar una ruptura violenta al introducirse en un grupo donde todos son distintos.
Daniela tiene 17 años y está cansada del colegio, porque nada en él la motiva, y la única materia que podría interesarle, Geografía, que desde chiquita le gustó, la da un tipo al que no le importa nada si los chicos aprenden o no. Está cansada de que su madre le diga todo el tiempo que tiene que hacer y nunca la escuche. De no ver a su viejo porque labura hasta las 9 de la noche en la oficina, pensando él, pobre tipo que es lo mejor.
Hagamos nuevamente lo inicial, multipliquemos a Daniela por millones de jóvenes, y que cada persona sea Heavy, Dark, Stone o la identidad de cualquier tribu con la que se identifique. También que tengan los mismos vacíos afectivos, las mismas necesidades de crecimiento personal coartadas, las mismas carencias familiares.
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zutique
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Comments
Jóvenes tribales versus jóvenes invisibles. Jesús Alejandro Hernández Ramírez | Jul 31st, 2006
Qué tal Sebastián.
Interesante tu artículo, sobre todo porque logras conjugar elementos de la vida cotidiana de una tribu específica, con algunos elementos de análisis.
Sin embargo, solo quisiera agregar que no es muy recomendable multiplicar una variable en algún análisis, como podrían ser las culturas juveniles, por millones, porque eso maquilla de alguna forma a las realidades. Los jóvenes del mundo no forman parte de alguna cultura juvenil o tribu, es decir, NO TODOS. En este sentido, algunos jóvenes pertenecen a tribus, algunos otros no se sienten conformes con la sociedad en la que viven.
Pero algo más importante es que hay muchos jóvenes que son invisibles porque no pertenecen a ninguna tribu o cultura juvenil visible. Jóvenes que no se nutren de contracultura. Que no se aíslan del conjunto social, sino que por el contrario, forman parte de él. En este sentido, hay algunas Doñas Rosas, y algunas Danielas y algunos Danieles, pero no son todo el mundo.
La escuela culturalista de Chicago, así como los estudios culturales realizados en Gran Bretaña, donde Stuart Hall sobresalió, estudiaron a los jóvenes visibles, a los punks, a los contestatarios... el reto es identificar y analizar a los jóvenes no contestatarios, no rebeldes, no contraculturales, sino a los jóvenes invisibles, para entender de una manera más integral el desarrollo de las sociedades actuales.
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