by Julián Profeta | |
Published on: Oct 29, 2006 | |
Topic: | |
Type: Interviews | |
https://www.tigweb.org/express/panorama/article.html?ContentID=8747 | |
Daniel Jorajuría es uruguayo y llégó a la Argentina en 1972 por razones políticas. Trabajó en el rubro gastronómico y en los años 80 fundó una agrupación gremial junto a Luis Barrionuevo con el objetivo de recuperar la democracia gremial que había sido afectada por los militares. Trabajó en el sector de afiliaciones y más tarde fue secretario administrativo. En el año 1995 ingresa a la CTA, Central de Trabajadores Argentinos, y en 1997 conforma la nueva organización gastronómica, separándose de la corriente Barrionuevista. Actualmente coordina organizaciones sindicales y es el responsable político del trabajo organizado de servicio, como el gastronómico y el turismo. Además es abogado egresado de la UBA - ¿En qué época surge el sindicalismo en Argentina? - Nació a principios de siglo, con los anarquistas, los socialistas y luego los comunistas, y los inmigrantes que constituyeron las primeras organizaciones sindicales. - ¿Cuándo surge la CTA y en qué contexto? -Es muy nueva en todo el proceso obrero argentino. Aparece recién en los ‘90. Antes la organización que abarcaba a los trabajadores era la CGT, y durante el gobierno de Menem, decían que habiendo un gobierno peronista no le iban a poner palos en la rueda, sino que lo iban a ayudar. En realidad las organizaciones obreras debieran ser autónomas de cualquier gobierno, partido o empresario. Las cuestiones de los trabajadores las decidimos nosotros, entre nosotros, respetando las ideologías, y esa autonomía no debe regalarse a ningún gobierno. En esa década esta herramienta se puso en manos del gobierno, llevando a cabo una política neoliberal de la manera más salvaje. Pero los trabajadores tenían que construir una organización nueva para hacer frente a esto. Era revolucionario, porque nos decían que algo así no se podía hacer, que no se debía crear una nueva herramienta. Nacimos con 128 compañeros en Burzaco y hoy somos más de un millón de afiliados. La CTA y los gobiernos - ¿Cuándo se registraron mayor cantidad de reclamos y movilizaciones? ¿Durante los ‘90? - Yo creo que no. Si uno mira la historia los grandes movimientos se dieron después del ‘45. Es una marcha permanente. Sin duda tras el año 1995, se veía mas clara la claudicación: allí hubo grandes marchas, luchas de la central, y emblemas como la carpa docente de la dignidad, la lucha del Malbrán, todo hacia fines de esa década que continuó con el programa a favor de los excluidos, el frente nacional contra la pobreza, la asamblea PyME y la federación agraria. La historia de la CTA es una historia de resistencia para el quiebre de un modelo de explotación y exclusión de la clase trabajadora en bien de la transformación de la sociedad toda y la distribución de la riqueza. La CTA va a seguir movilizada, dando lucha, aunque tal vez no se vea en los medios tan claramente. Los medios hegemónicos de comunicación en Argentina también son propietarios de grupos económicos, pero esto no se ve. Por eso estamos organizando una comunicación propia, a través de Internet y de la agencia de noticias, para difundir actas, noticias, etc. - ¿Se consideraron a sí mismos en algún momento de su historia como oficialistas? -Jamás, aunque se nos tildó de ser amigo de alguno. Lo que nos preocupa no es quien, sino para que gobierna. Cuando asumió la Alianza dijeron que la CTA iba a ser la CGT de ellos, y la Alianza terminó aliada a ella y a corporaciones sindicales y muy alejada de nosotros. El problema es cuando se distancian de nuestros programas de acción y nuestras iniciativas., En algunas cosas no estamos de acuerdo con el gobierno actual, pero no somos opositores, no creemos en eso. Se hicieron cosas, como en el ámbito de los derechos humanos, el proceso a genocidas pero hay falencias en otros aspectos y vamos a empujar para que se hagan cargo, o para hacernos cargo nosotros. - ¿Qué propuestas nuevas tienen? - Tenemos un eje fundamental: no se puede resolver la situación sin la participación de los trabajadores, si ellos no encuentran canales de comunicación con el estado y todas sus instituciones. Y también es fundamental la lucha por la libertad y la democracia sindical. Existe una ley del menemismo que garantiza los acuerdos de corporación a corporación, donde los dirigentes sindicales tienen petrificados sus derechos sobre los trabajadores y donde toda organización que surge esta proscripta, como la CTA, sin obtener reconocimiento. No tenemos la misma protección sindical que la CGT, no tenemos participación en los conflictos, no tenemos derecho a huelga. Ese es el marco de debilidad en que los trabajadores que se organizan terminan despedidos. Hay permanentemente un mensaje de terror al trabajador que intenta agruparse, como parte de un modelo de política que dominó la Argentina por mucho tiempo. Teniendo el poder absoluto de los trabajadores los sindicalistas han modificado sus estatutos para que no cambien los dirigentes, allí no existe democracia que es lo que nosotros pedimos. El trabajador es actualmente como un cliente: te vendo una jubilación, una AFJP, un ART, servicios, etc. Así son los sindicatos actuales. Si en el país no hay libertad sindical para cambiar a los dirigentes, o salir de una organización para cambiar a otra, los problemas van a continuar. La Argentina crece pero no se desarrolla, hay gran superávit fiscal, pero no se distribuye la riqueza. El salario promedio es de $630 del cual entre 400 a 450$ es en negro. Blanquear a los trabajadores les dará otro poder. En un caso el patrón te despide porque fue descubierto por el ministerio y te indemnizan; de lo contrario te contratan a prueba y a los tres meses te despiden igual. Debe haber democracia y libertad sindical para defender la legislación y la constitución dentro de las empresas. La CTA como organización - ¿Qué actividades realizan como central de trabajadores? -Además de las que mencioné defendemos el salario universal para todos los hijos, la jubilación para los mayores de 65 años que no pueden llegar a ella. Hay acciones directas y también presentamos propuestas frente a cada organismo. Presentamos un proyecto de ley de riesgo de trabajo para que exista libertad y democracia sindical. Estamos elaborando proyectos de ley para jubilados, para el retorno de la jubilación a manos del estado. Además de las marchas tenemos propuestas, y la iniciativa mas alta hoy es la construcción de un movimiento político y social para enfrentar la realidad de lo que son los partidos políticos tradicionales - ¿La CTA podría transformarse en un partido político? -No. No sé que será del movimiento político y social sin embargo sabemos que lo vamos a apoyar. Creemos que es mejor que sea un espacio popular donde puedan confluir las vertientes populares de trabajadores que trabajan para transformar. Si eso se hace a través de un instrumento electoral, se verá, pero no es la prioridad. Un candidato puede llegar, el tema es quien lo elige y para que gobierna. Lo importante no es el candidato sino el trabajo construido junto a la sociedad. Nosotros candidatos tenemos, y de los mejores, de los que no traicionan y que han dado muestras de ello. La prioridad es construir con la sociedad las iniciativas y el programa. - ¿Se dijo que Víctor De Gennaro se parece a Lula, que opina de esa observación? -Víctor es un gran amigo de Lula, lo siguió en muchas campanas, debatió con nosotros. Los dos son sindicalistas y con proyección política, uno hasta llegó a ser presidente. Pero no se pueden calcar las historias de ambos países. De Gennaro hizo un proceso de resistencia, contra las dictaduras, creó una nueva organización en los ‘90 creando una nueva herramienta. Tal vez en lo que más se parecen es que ambos surgen de la clase trabajadora - ¿Quiénes conforman la CTA? La CTA como organización tiene elementos revolucionarios que la hacen distinta en el mundo y por lo que es reconocida. Definió durante la década pasada un concepto de trabajador que hoy también utiliza la OIT: trabajador somos todos salvo que seamos patrones. De esta forma la central reconocía el proceso económico, político y social que se proyectaba sobre el país. Así se abarca a todos: a los trabajadores autónomos, los autogestionados, los independientes, los cartoneros, todos somos trabajadores, incluidos los desocupados. El jubilado también y debe pelear por sus derechos. Creo que los jubilados y los jóvenes deberían estar juntos en esta lucha. El concepto amplio de trabajadores y la afiliación directa, decidido democráticamente por los trabajadores, hace que aquel que no puede organizarse pero necesita manifestar sus necesidades tenga una organización que las escuche. --------------------------------------------------------------- Nota: Este artículo integra el Nro. 8 de la Revista Virtual InterJóvenes « return. |