La Fundación Kine organiza cada año el Festival Iberoamericano de Cortos “Imágenes Jóvenes en la Diversidad Cultural.
Hablar un poco con Alina Frapiccini, la Directora de proyectos, Vanesa Balassanian, Tamar Finzi y Pablo Fernández, que es el director de “Ignorancia Castigada”, uno de los cortos participantes del festival pasado, me sirvió para darme cuenta que el festival es un espacio más que propicio para que niños y jóvenes expresen sus visiones utilizando los recursos audiovisuales.
“Ignorancia Castigada” trata la problemática ambiental, con buena calidad y un concepto bastante sencillo pero muy creativo. Pablo, de 18 años, y su grupo de trabajo se enteraron del festival por medio de su clase de Tecnología en el colegio secundario. Su corto tuvo un rodaje de 4 días en invierno con jornadas largas. “Tuvimos varias ideas locas, queríamos hacer algo original”, dice Pablo.
Ellos plantean en el corto, la situación de un niño que arrojaba papeles y empaques de golosinas a la calle y luego terminaba siendo arrollado por una pelota gigante formada por todos esos papeles y empaques. “Basura es la persona que tira la basura”, agrega Pablo.
Aunque era el primer corto que hacían para participar en algún festival, el concepto y la idea fueron siempre muy claros y directos.
Esto de utilizar otros lenguajes para expresar las ideas propias de los jóvenes me parece muy innovador y Pablo ratifica esta concepción cuando reconoce a esta clase de lenguajes y códigos como una buena manera de expresar sus inquietudes, pensamientos y deseos: “Sí, creo que se expresa mi mensaje: todos tiran papeles en la calle, todo el mundo tira basura, tomamos las ideas de lo que vemos en la sociedad”.
Pero durante la última edición del festival, también hubo cortos que trataron otros ejes temáticos propuestos como la diversidad cultural, la construcción de una cultura de paz y un mundo de no violencia y los derechos de los niños y los jóvenes.
Por ser la diversidad cultural un tema bastante amplio, los cortos que la abordaron trataron distintas situaciones y problemáticas locales. “Nos interesa generar un momento de interés, son todos disparadores para que chicos y jóvenes se puedan expresar”, señala Alina.
Todos acordaban en que el propósito es generar espacios nuevos de libre expresión, y mostrar tal cual cómo chicos y jóvenes miran la realidad,
La diversidad cultural en los cortos nacionales se reflejó desde cada uno de los espacios de las provincias, como Jujuy, Chaco y Salta, que siempre abordan cuestiones propias de su región. Dentro de las propuestas urbanas, se plantearon identidades distintas a partir de la temática de las villas de emergencia, entre otros.
Pero a nivel internacional también se trabajó el tema de la diversidad. De manera fuerte como en los cortos mexicanos, donde hacían alusión a los Indígenas de Chiapas y a sus raíces; o desde Panamá por ejemplo, con un corto que mostraba un leprosario, o la misma Colombia con el tema de los desplazados. “La filosofía es que se muestre todo”,dice Alina.
Sin dudas este ha sido un espacio aprovechado por niños y jóvenes que han encontrado una nueva forma para expresarse. “A mi me hubiese gustado que cuando era chica hubiera habido algún festival de este estilo, pero no habían espacios para la participación”, señala Vanesa.
Dentro del festival es importante también el hecho de que los chicos vean los trabajos de otros chicos, con los mismos códigos que entre ellos manejan.
Pero de repente me surgió la duda sobre los casos particulares en que, por ejemplo, un chico que tiene la intención de realizar un corto o participar en el festival, no cuenta con los recursos suficientes o sencillamente no tiene los conocimientos para hacerlo. ¿Qué puede hacer?
El ejemplo de Pablo y su grupo, que con relativamente poco, lograron un resultado muy bueno, sin duda confirma mi idea de que con ganas, creatividad y un buen grupo de trabajo es posible realizar una buena muestra. “Todo fue trabajo en conjunto, consensuado” agrega Pablo.
Además desde la Fundación Kine también brindan algunas herramientas para que los niños y jóvenes usen todos estos recursos para expresarse. Por medio del trabajo solidario en grupo, los costos se reducen y se pueden lograr cosas interesantes. En cuanto a los conceptos básicos, Tamar indica que los chicos ya conocen esos lenguajes desde lo más cotidiano de sus vidas, e inconscientemente “los jóvenes ya los tienen internalizados”.
Desde la fundación tratan de llegar a otras escuelas por medio de talleres, convocando a otras fundaciones y personas y mediante el festival dan difusión a los trabajos. Todo gira en torno a las buenas ideas y aunque la calidad estética es importante, lo que toma mayor relevancia es el mensaje que se quiere transmitir con el guión o el corto.
A través de otro de sus proyectos, “La mochila audiovisual” (muy innovadora de por sí), también ayudan a la promoción de los trabajos y opera como puente que une a niños y jóvenes de distintas comunidades, para que conozcan más sobre el lenguaje audiovisual, trabajando en los salones de clase y otros espacios. Es un incentivo más para que los jóvenes se motiven para crear, para inspirarse.
En conclusión, con proyectos como el Festival de Cortos o la misma Mochila Audiovisual, se promueve que los niños y jóvenes no solo expresen sus impresiones sobre cuestiones como la diversidad cultural (que ya de por sí es bastante amplia) sino también sobre otras temáticas tan cotidianas en sus vidas.
El festival es un espacio donde todos han participado y seguramente la edición de este año, se presenta como una buena posibilidad para que todos los chicos se expresen y miren otras manifestaciones surgidas de cada una de sus vidas. La tercera edición del Festival de Cortos se llevará a cabo del 5 al 11 de Octubre y podrán participar niños y jóvenes de 4 a 25 años.
Link Relacionado:
Fundación Kine
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Nota: Este artículo integra el Nro. 6 de la Revista Virtual InterJóvenes
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