by Laura Müller
Published on: Jun 5, 2006
Topic:
Type: Opinions

Eran las 5 a.m. Isaac no había llegado a dormir, Adriana permanecía despierta preocupada de que algo le hubiese pasados, Arturo de cuatro años dormía y Mariana de tan solo un mes de nacida, fruto del amor o un accidente sufrido hacia ahora 10 meses entre Isaac y Adriana, descansaban tranquilamente sin tener idea de lo que pasaba por la mente de su madre.

Arturo era hijo de otro hombre por lo que Adriana se sentía muy agradecida con Isaac de haberla aceptado con el hijo de otro.

Mil cosas pasaban por la cabeza de Adriana ¿que pasará con Isaac? se preguntaba, “tal vez chocó” o ¿si está con otra mujer? ¿Se quedaría dormido en casa de alguno de sus amigos? “Pero si le he dicho un montón de veces que no maneje borracho”...

No era la primera vez que Isaac llegaba tan tarde a casa, este mes era la tercera vez; no es fácil despertar desvelada a hacerse cargo de dos pequeños y más en la situación económica que se encontraba la joven pareja de tan solo 23 años. Él aun estudiando la carrera, para ella la decisión había sido quedarse en casa a encargarse de lo niños. Adriana quería trabajar pero la inseguridad de Isaac y sus apremiantes celos ni siquiera daban cabida a la idea de que ella pudiese trabajar, ¿que tal si se la quitaban? ¿Si le fuera infiel? ¿Si ya no necesitase de el económicamente y se alejase ?

Esos mismos pensamiento revoloteaban en la cabeza de Isaac mientras bajo el influjo del alcohol y la cocaína se dirigía a su hogar; el sol ya pintaba en el cielo. Sabía que pronto tendrían que dejar la casa rentada en la que vivían por Lomas Universidad pues no tenían para la siguiente renta, irían a vivir a casa de sus papás, no le gustaba la idea pero era sólo mientras se mejoraba la situación económica.

La puerta de la casa se abrió, Adriana brincó de la cama y se dirigió hacia la entrada para enfrentarse a Isaac.

“¡Ve en que estado vienes! Tengo toda la noche sin dormir, solo tenemos ese carro y tú borracho manejándolo, tienes que dejar la juerga” le gritó Adriana.

El temperamento de Isaac cambio en un segundo, solo necesitaba ese pretexto para desatar toda su ira, las mil y unas fantasías que tenía en su cabeza; Adriana con otro hombre, seguramente por eso insistía en buscar un trabajo, era la forma perfecta de serle infiel, y por que lo presionaba con aquello de que tenia que trabajar ella también para ayudarse con su sueldo, ella no se había dado cuenta de la codependencia de Isaac a la cocaína, o pretendía que no, a parte como fue a quedar embarazada, si ya tenia un hijo de otro hombre el cual concibió a los diecisiete años, ¿que no aprendió? ¡De seguro lo hizo para atraparlo! Él la ama, pero antes de novios era diferente, se estaba dando cuenta que la vida matrimonial no era nada fácil y mucho menos con dos criaturas, sin trabajo, renta, deudas, escuela….

Todo ocurrió tan rápido, bajo el influjo de la droga y el alcohol. Isaac jaló a Adriana de uno de sus brazos, la tiró al suelo y comenzó a golpearla. Adriana no podía entender que era lo que sucedía, nunca antes había intentado golpearla, ni se había portado violento. Comenzó a sentir el peso del zapato de Isaac sobre su estómago, la estaba pateando, tan duro, dolía tanto, ¿por qué lo hacía?

Tenía miedo de que Arturo su niño de cuatro años se despertara y se diera cuenta de lo que estaba sucediendo. Se estaba quedando sin aire, lloraba fuertemente, pedía auxilio ¿pero quien podría escucharla? Isaac se tiró sobre ella y le dijo: “esto es lo que querías, ¿verdad maldita puta?” y comenzó a morderla mientras la sostenía con sus brazos. Adriana sentía que sus esfuerzos por tratarse de safar eran inútiles, nunca se imaginó la fuerza que puede tener un hombre. Isaac se paró de nuevo, la levanto y le comenzó a pegar en el rostro. La tomó tan fuerte del cabello para aventarla de nuevo contra el piso que dislocó una de las vértebras de su columna; no dejó de golpearla hasta que calmó su ira. Tomó las llaves del carro, cerró la puerta de la casa, se subió al auto y comenzó a manejar, no sabía si la había matado, ¿que haría ahora? ¿A quien llamaba? ¿Si marcaba a la ambulancia? Tomó su celular y habló al hermano de Adriana.

Tu hermana está mala, me parece que está muerta, dijo y colgó.
Adriana en su enorme dolor no perdió la conciencia sólo por saber que sus hijos estaban ahí solos, no podía levantarse, ya ni siquiera podía llorar del dolor, todo sucedía como en un sueño, se arrastró por el piso, abrió la puerta como pudo y salió, fue a pocos metros afuera de la casa donde la encontró su hermano tirada en la calle………

Adriana fue al hospital donde le dijeron que quedaría paralítica del cuello para abajo, quedó tan golpeada que ni su madre la reconoció. Con una bebe de un mes de nacida y un niño de cuatro años, una joven madre paralítica de veintitrés años era lo que le deparaba a lo que había sido esa familia…

Isaac ni siquiera tocó prisión. El padre de Isaac todavía se dio a la tarea de marcarle a Adriana y decirle que si se atrevía a demandar a su hijo él mismo se encargaba de matarla a ella y a toda su familia.

Adriana prometió a Dios que nunca mas tomaría una sola copa de alcohol si no la dejaba paralítica…

Ayer, cuatro meses después de lo que las autoridades llaman un incidente, dejamos a los niños de Adriana en casa de su abuela materna y nos fuimos a un antro en nuestro afán de tratar de amenizarle un poco más la vida a Adriana e intentar hacerla olvidar el incidente de hace dos semanas, donde Isaac se le presentó afuera de su casa amenazándola con un martillo. Los doctores llamaron un milagro a la rápida recuperación de Adriana, Adriana le llama una bebe y un niñote de cuatro años….

Pedimos una botella de vodka mientras Adriana se preguntaba a ella misma si rompería la promesa hecha cuatro meses atrás de no volver a tomar una gota de alcohol, cuando voltea, me ve y dice, “ahí está Isaac.”

Isaac se avecinaba a nuestra mesa, inmediatamente me levanté y fui a hablar a uno de los guardias, le dije que ese tipo nos estaba molestando, que lo sacaban o nos íbamos, Le dijeron a Isaac que se retirara y él señalo a Adriana y dijo que era su esposa, el guardia me dijo que en conflictos familiares no se podía interponer, mientras Isaac obviamente drogado y tomado de nuevo se acercaba cada vez mas mientras yo le decía al guardia que la ultima vez que se la había topado la había golpeado, que por favor retirara a ese tipo.

Por suerte una de las amigas de mi hermana que iba con nosotras era prima de uno de los guardias del antro, le marcó e inmediatamente fueron a sacar a Isaac, el cual se puso violento y dio ahora si tregua a que lo sacaran aun “bajo un pleito familiar”. Tratamos de olvidar el incidente, sin embargo mi corazón tardo más de diez minutos en volver a su ritmo normal. Sabíamos que probablemente Isaac estaría esperándonos afuera así que quedamos en hablarle a unos amigos para que nos esperaran en la salida para encaminarnos al carro y seguirnos.
El celular de Adriana sonó y se retiró de donde estábamos para poder escuchar la llamada, era la hermana de Isaac, diciendo que este había llegado furioso, golpeando todo en la casa e incluso a ella y a su hermano, que estaba ahí afuera que por favor saliera para hablar.

Adriana salió del antro sin decirnos nada para encontrarse con la hermana de Isaac la cual había sido su amiga antes de conocer a Isaac.
La buscamos en los baños, en todas las mesas y no la encontramos. Salimos del antro desesperadas, le marcábamos al celular y no nos contestaba…

Mi hermana regresó al antro a ver si la lograba ver mientras nosotras íbamos por el carro, cuando en la esquina nos la topamos con el imbécil de Isaac, la había amenazado de nuevo con el martillo en mano, había utilizado a su hermana para lograr que Adriana saliera del antro.

Adriana había gritado por ayuda, había mínimo siete personas en la salida del antro, ¿y saben qué? nadie la ayudo.

Al vernos Isaac se asustó, dejó el martillo sobre el cofre de su carro, se subió a él y vimos como se marchaba…

Yo me pregunto por qué Adriana salio sola de antro si era obvio que él estaría afuera, y habíamos quedado en buscar quien nos encaminara a nuestra salida…

Esa noche Adriana tomó una copa de vodka……..
El abuso y la violencia física son una realidad en cualquier clase social y edad, al igual que la enferma codependencia a un ser que amas y odias con todo tu corazón.

Hago un llamado a todas las mujeres de nuestro país a hacer un reclamo a las autoridades contra la impunidad que existe con los hombres que abusan físicamente o psicológicamente de una mujer, hago un llamado a aquellas mujeres que han sufrido violencia en el noviazgo o en sus hogares a denunciar a su atacante.

Es la responsabilidad de nosotros los jóvenes el crear hogares unidos y amorosos, educar hijos con una conciencia de libertad de géneros donde crezcan sabiendo que el hombre y la mujer valemos por igual y tenemos los mismos derechos y la misma dignidad.


Laura Müller Rdz.

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