Los organizadores, convocantes y participantes de la marcha contra las corridas de toros y las celebraciones del 60 aniversario de la Plaza de Toros México, decidimos reunirnos en el Parque Hundido a la 1:00 PM para agruparnos y organizarnos.
A la convocatoria asistieron amas de casa, señoras con niños, grupo protectores de los animales, punks, ciudadanos convencidos de la causa, entre otros.
Algunos ya tenían mantas preparadas una noche antes o guardadas de anteriores manifestaciones. Otros decidimos armar nuestras pancartas ahí mismo.
Se respiraba un aire festivo de convivencia, celebración y diversidad, ya que no en todos lados se puede llegar a ver un chavo punk moldeando un toro de periódico mojado con una señora de cincuenta y tantos, niños jugando, jóvenes pintando sus caras para el performance y hasta señores paseando a sus perros vestidos para la ocasión. Nos reunimos aproximadamente 250 personas.
Dieron las dos de la tarde, muchos impacientes por salir, tomamos nuestras pancartas, mantas y toros de “a mentis” y nos dirigimos rumbo a Insurgentes para de ahí caminar hacia la Plaza de Toros.
Durante la marcha en la banqueta de la avenida se sentía ya la agresión de algunos automovilistas que gritaban “pónganse a trabajar” o “mejor vean el partido”, pero en general ignorábamos. Para nuestra sorpresa, justo en la esquina de eje 6 e Insurgentes había ya un grupo de granaderos enfilados aparentemente esperando la manifestación.
Inmediatamente al vernos se dirigieron a donde nos encontrábamos y se colocaron justo en frente. La reacción de algunos fue de temor, ya que no esperábamos tal recepción, algunos en este primer encuentro abandonaron la misión, la gran mayoría por inercia doblamos hacia la avenida cerrando la circulación por unos segundos. Los granaderos nos acorralaron y forzaron a que nos subiéramos de nuevo a la banqueta.
Decidimos continuar con nuestro derecho a manifestarnos y regresamos rumbo al sur y doblar a la derecha en la calle de Florida. Este fue nuestro error táctico / estratégico, ya que este es un cruce de solo tres salidas, una a Insurgentes, otra a Holbein y la otra al Parque Hundido. De la nada, los granaderos ya habían bloqueado la salida a Holbein con aproximadamente 50 escudados. Al darnos cuenta y voltear hacia atrás, las otras salidas, Insurgentes y la de parque hundido también estaban bloqueadas por los granaderos. En total, según El Universal, fueron 558 granaderos y 40 patrullas.
¡Estábamos acorralados! Señoras, niños y niñas, punks, “performers”, zanqueros y gente común y corriente encerrados sin salida en una trinchera de cascos azules (no necesariamente por la paz) y escudos transparentes. Atónitos, presenciamos violado claramente nuestro derecho constitucional a manifestarnos y a movilizarnos, siendo que en años anteriores en otras manifestaciones nunca había sucedido tal intolerancia. Ni siquiera habíamos llegado a 4 cuadras de la Plaza.
Nuestra siguiente reacción fue la de comenzar la protesta “formal” y gritar a todo pulmón las consignas tradicionales; “¡asesinos!” “¡toros si, toreros no!” “¡no es arte ni es cultura, es tortura!” entre otras ocurrencias e improvisaciones. Pero éstas no estaban llegando a su objetivo en lo absoluto, solo a los vecinos sorprendidos de tal acontecimiento que estoy seguro, jamás habían visto tantas caras asomadas por las ventanas y balcones. Los “polis” obviamente no dejaban salir a los vecinos que venían en coche o a pié.
Debido a la frustración, muchos comenzaron a reaccionar a la clarísima provocación policial como leones encerrados. Queríamos salir de ahí, tanto para continuar la manifestación como por reacción natural, pero ¿hacia donde?
Discutiendo entre todos lo que teníamos que hacer, decidimos dirigirnos hacia la calle con menor cantidad de “polis” y hacer “bolita”, pero aguantamos para evitar provocaciones.
Una señora de Querétaro, que vino al DF solo para la marcha, sosteniendo su cartulina con frases anti taurinas, se quedó sola dialogando con los 50 y tantos policías tratando de hacerlos caer en razón sobre los motivos de nuestra manifestación. Las caras de los granaderos muy al estilo de “el Fisgón” viendo a la señora con desánimo e indiferencia, callados, solo esperaban las órdenes de su comandante, una escena inolvidable.
Fue en este momento cuando otra señora, un tanto preocupada por su hija, insistió en salir y hasta forzó su camino entre los uniformados. Los granaderos que estaban en esta salida comenzaron a golpear a la señora, esta parte me la perdí, me la contaron, pero esto provocó la rabia de otros y salieron por la fuerza rumbo a Insurgentes. Otros, aprovechando el zafarrancho y confusión, salimos por las otras calles. Los granaderos lograron acorralar a un pequeño grupo de punks, escena de lo mas represiva, ya que eran un grupo de aproximadamente 15 jóvenes “picudos” arrinconados por unos 150 azulados cascudos. Ya casi todos los granaderos se habían movilizado hacia donde estaban los manifestantes acorralados, estaban golpeando a los chavos, a uno ya le habían roto un dedo, otros estaban ensangrentados.
Salimos corriendo rumbo a la Plaza, otros hacia Insurgentes, estábamos divididos. Los que se fueron rumbo a insurgentes, en su mayoría los punks, tomaron la avenida impidiendo el paso, marchando rumbo a la plaza, luego giraron a la derecha por el Eje 5.
Los demás, en su mayoría de organizaciones protectoras, dispersos y escondiendo las pancartas, nos dirigimos en pequeños grupos o individualmente a la puerta 4.
Los granaderos ya no sabían que hacer, estábamos por todos lados, sorprendidos, enfurecidos y frustrados, supongo que ese era el objetivo.
A los que se separaron del grupo grande y no escondieron sus pancartas los arrestaron, 11 en total. Otros que burlaron otras barreras de granaderos los golpearon y patearon. En el periódico El Universal aparece como si los punks hubieran provocado las agrasiones, la verdad es que los granaderos fueron los agresores desde un principio con la clara intención de provocar a los punks.
No digo que todos los manifestantes son unos expertos en manifestaciones pacíficas, pero logré presenciar cómo 5 policías agredían verbal y físicamente a uno de los punks, bajo los aplausos de los tauromaquia aficionados. ¿lucha de clases? Era increíble presenciar las caras de aprobación de los asistentes a la “fiesta brava” cuando los policías golpeaban y arrestaban a los que abogan contra la tortura y por un país civilizado.
Aquí fue cuando perdí cordura y les grité “¡asesinos!”, uno de los polis que me escuchó me amenazó con arrestarme por ofender a los presentes, uno de ellos, exigiendo que nos golpearan con más fuerza. Sin embargo, el poli no lo amenazó de manera similar.
Para no hacer el cuento mas largo, la mayoría logró llegar hasta la puerta 1 donde las señoras de las protectoras tenían ya listas las pancartas que llevaban escondidas. En cuanto las sacamos, los granaderos nos alcanzaron y cercaron de nuevo, hacia la pared y escondidos tras una ambulancia de la policía.
Los acorralados eran prácticamente censurados, no se lograba escuchar bien lo que decían, pero afortunadamente habíamos otros que logramos llegar por otras calles y nos colocamos frente a los granaderos.
Aquí permanecimos por unas dos horas protestando, gritando consignas anti taurinas “No mas viOLEncia”, “Ya no mas Tortura”, unas cuantas porras a Pajarito, el toro que la semana pasada había saltado y caído en las gradas llenas de gente.
Algunos de los manifestantes, bastante aturdidos, respondían agresivamente a los tauro maquios que nos insultaban. Pero que esperaban, quedábamos unos 150 manifestantes después de haber sido atacados por 558 granaderos, con un saldo de 11 arrestados todos ellos mujeres jóvenes y chavos punks, además de varios heridos. Nos topamos al delegado de la Delegación Benito Juárez, demarcación política en la que nos encontrábamos, no faltaron las protestas al darnos cuenta de su presencia. Con esto, el reportero presente de Radio Red nos gritó “NACOS”, con todo el estilo que su vestimenta le daba, la de un OVERALL amarillo de piel y un sombrero negro a la texana.
Posteriormente fuimos a la Delegación Benito Juárez para apoyar a los nuestros injustamente presos. Ya eran las 8 de la noche. Querían cobrar 5, 800 pesos por cabeza, los chavos sin cargos, los burócratas solo querían la fianza. Los punks que no fueron arrestados, con consignas de “¡Presos Políticos Libertad!” manifestaban su apoyo incondicional y fraternidad a estos auténticos presos políticos. Una representante de la Liga Mexicana de Derechos Humanos llegó a escena para calmar los ánimos. Dos horas después, 9 de los 11 fueron liberados. Hasta el momento, no se si los otros dos que quedaron se encuentran todavía presos.
Haciendo memoria de lo sucedido, en ocasiones me sentía como en esas protestas contra la OMC, donde la policía protege a toda costa las inmediaciones donde se encuentran los que toman las decisiones en el planeta, el status quo que tanto daño ha provocado al medio ambiente y a la sociedad mundial. De hecho, creo que eso que me estaba imaginando no estaba tan lejos de la realidad, pero en este caso el mundo en destrucción a costa de los caprichos de los ricos es el toro.
En resumen:
Marcha anti taurina 5 de febrero de 2006:
Las autoridades impidieron el derecho constitucional de manifestación y libre tránsito a las organizaciones de protección animal durante las celebraciones del 60 aniversario de la Plaza de Toros México.
Nos acorralaron 4 cuadras de la Plaza de Toros México
Las autoridades violaron los artículos 11 y 17 constitucionales
Provocaron y atacaron a los manifestantes, especialmente a los punks para acusarlos a ellos de agresión. La provocación vino directamente de los granaderos, no de los manifestantes. Arrestaron injustamente a 11.
Hasta el momento no sabemos quien dio la orden para acorralarnos a varias calles antes de la Plaza e impedir nuestro derecho a manifestarnos pacíficamente
Nunca se agredió físicamente a los visitantes de la Plaza o se planeó aventarles verduras y huevos como El Universal On Line lo especifica.
Carlos García-Robles
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