by Mariela Silvina Fiamingo | |
Published on: Nov 28, 2005 | |
Topic: | |
Type: Short Stories | |
https://www.tigweb.org/express/panorama/article.html?ContentID=6659 | |
Se trata de la ex Gatic, una fábrica de San Martín. En 2001 quebró y sus trabajadores lucharon por hacerse cargo de la misma. Y lo consiguieron. Más de lo mismo, podría decirse. Una fábrica más que quiebra. Una más arrasada por el interés desmedido de un grupo de empresarios que endeudan a sus respectivas empresas y luego declaran la quiebra y se van, sin importarles el compromiso social que habían asumido al crear una fábrica y tomar empleados. Pero en el caso de la empresa Gatic, fabricante de zapatillas que avastecía a la zapatería Adidas de San Martín, ya desaparecida, todo se resolvió de una manera distinta, como en otros casos de fábricas recuperadas durante la crisis económica, social y política del 2001. El espacio fue apropiado por los ex trabajadores de Gatic, que a pesar de que la situación durante la recuperación no haya sido fácil ya que no tenían un sueldo, siguieron resistiendo a pesar de todo. El encargado de la radio que tiene la cooperativa cuenta que fue muy difícil la situación y aún hoy lo es: "Muchos compañeros se separaron porque la mujer les reclamaba un sueldo, el sustento para la familia, y los trabajadores tenían que elegir entre buscarse otro trabajo o separarse. Además estaba el caso de compañeros que hacía 50 años que trabajaban en la fábrica y no sabían hacer otra cosa. Para ellos era imposible conseguir un nuevo empleo." Además de la radio, la cooperativa cuenta con una guardería, donde atienden a los hijos de los empleados de la fábrica y también a los hijos de gente carenciada de la zona que debe trabajar y no tiene con quien dejarlos; un comedor; un outlet- donde venden las zapatillas que fabrican, que ya tienen nombre propio CUC, osea, Cooperativa Unidos por el Calzado; y tres automóviles. El encargado de la radio también cuenta que es difícil lograr una conciencia del aspecto cooperativo de la empresa: "Es que ellos están acostumbrados a un modo feudal, donde está el dueño que manda y que paga el sueldo, donde el trabajador es un engranaje más y no se compromete con su trabajo. Antes había una persona que controlaba por cada dos trabajadores en las máquinas, ahora cada uno tiene la libertad de trabajar menos, pero si no producen no cobran " y agrega "Cada uno se lleva aproximadamente $300/$400 por mes. Hay 250 trabajadores aunque hay capacidad para 1000." Además el encargado cuenta que es muy difícil ir más allá: "Cuando uno les habla de producir una revolución es demasiado. Ellos quieren un sueldo todos los meses que les permita vivir." Con respecto al orden interno de la cooperativa, el encargado dice que se maneja de una forma horizontal: ""Cada quince días hay asamblea. Todos los trabajadores eligen al presidente y al consejo de administración -formado por siete personas, todos trabajadores del lugar- todos los meses". Además tienen varios proyectos. Recientemente se amplió el outlet donde venden sus productos y planean habilitar una carpintería, fabricar indumentaria, hacer una huerta comunitaria y un parque, todo esto en las tres playas de estacionamiento que poseía la empresa. Estos proyectos ya fueron aprobados por el Municipio. En cambio la idea de hacer un Centro Cultural en el 2º y 3º piso del edificio que ocupaban los administrativos antes de la quiebra todavía no se concretó, por razones de seguridad -salidas de emergencia- y todavía no tienen medios económicos para solucionar este problema. El encargado aclara que estas iniciativas están pensadas para darle algo a la gente de la comunidad en la que se encuentra la cooperativa. --------------------------------------------- Nota: Este artículo integra el Nro. 1 de la Revista Virtual InterJóvenes « return. |