by Maura Villasanti
Published on: Aug 22, 2005
Topic:
Type: Opinions

El tema de las minorías sexuales arroja diversas vertientes de abordaje. Empezando por el tema homosexualidad podríamos ver que históricamente siempre ha sido un tema muy controvertido y ha tenido diversas designaciones.

Uno de los que rompió el silencio estaría el británico K. Dover (1973) quien habló de “intrecrural sex”, ósea la colocación del sexo del adulto entre los muslos del joven. También existen hasta el día de hoy distintos tipos de publicaciones sobre el tema.

Antiguamente, en Grecia y en Roma tenían otros conceptos sobre lo que hoy llamamos homosexualidad. En el universo griego, la educación de los más jóvenes no forma parte del cometido de las mujeres dentro del ámbito familiar, sino que recae sobre un pedagogo que lo forjará como futuro ciudadano de la polis (ciudad). De esta institución nacerá la consabida pederastia, que no tenía el mismo concepto de abuso que se tiene en la actualidad (que surge de la unión de las palabras griegas pais -muchacho- y el verbo eran-amar). Entendiéndose por muchacho a la edad de 12 a 20 años. Los griegos establecieron una dinámica muy especial en sus relaciones entre varones, a modo de camaradería guerrera (como los batallones sagrados). Las muchachas se casaban a los quince años y los varones a los treinta años (como medida para frenar el movimiento demográfico).

En Grecia el joven griego que ejercía la pederastia tenía desde los 12 años hasta los 17 años. Se decía también que la finalidad de la actividad pederastia no era el placer sino la enseñanza del joven desde todos los aspectos de la vida que podía ofrecer un hombre cultivado, pero también se encontraban hombres que gozaban del placer sexual.

En Roma, contrariamente a Grecia, la educación perteneció al ámbito doméstico (si bien ésto no quiere decir que no existieron escuelas, sino que los primeros años transcurría dentro del espacio familiar). La pederastia no estaba establecida como en Grecia. Las relaciones homosexuales se establecieron sin ninguna traba. En el momento en que un adulto optaba por el papel “pasivo” en la relación, se perfumaba, portaba ropajes, entonces ahí se le marginaba. Podemos concluir que tanto griegos como romanos no les importaba nada que un varón mantuviera relaciones sexuales con su mismo sexo, de hecho no les sorprendía, sólo mostraban interés cuando abiertamente esas relaciones se salían fuera de los límites que tenían establecidos, que lejos de basarse en el objeto del deseo sexual lo hacían en el procedimiento.

En referencia al término “homosexual” deriva de la raíz griega homo, que significa “mismo” o “igual” pero el término se acuñó a finales del siglo XIX (Karlen, 1971). La palabra “lesbiana” proviene del griego de la isla de lesbos, donde las mujeres se tocaban y se abrazan sin inhibiciones. Por lo general, las lesbianas se molestan cuando hacen alusión a ellas y dicen homosexuales y la mayoría de los homosexuales prefieren utilizar el término gay como sinónimo de homosexualidad.

Por otra parte, hay muchos homosexuales y lesbianas que se pueden sentir atraídos y excitados por compañeros/as heterosexuales. El tema de la heterosexualidad, bisexualidad, homosexualidad y lesbianismo se explica mejor con una investigación del informe Kinsey, donde determinó que 10 de 100 varones de raza blanca fueron más o menos exclusivamente homosexuales al menos durante los tres años de su vida. Probablemente, en la actualidad esta prevalencia (número de casos existentes) aumentaría por los movimientos de lucha por la no discriminación de los grupos de gays y lesbianas que actúan como grupos de ayuda y de apoyo para esta población.

TEORÍAS SOBRE LOS ORÍGENES DE LA HOMOSEXUALIDAD Y LESBIANISMO
La pregunta más típica es si uno “nace o se hace” y cómo adquieren esta orientación, atracción sexual con alguien de su mismo sexo, ya que la homosexualidad es una orientación. ¿Se trata de una condición completamente voluntaria o alguien ejerce presión sobre esta atracción?. Hay varias respuestas al respecto.

Teorías biológicas
Muchos profesionales sostienen que hay fuerzas biológicas sobre las que no tienen control y ejercen presión para la orientación sexual. Siguen insistiendo tratando de descubrir qué factor biológico es el preponderante ya sea genético u hormonal pero hasta la actualidad no existe ningún estudio científico serio que reporte que tanto el factor hormonal como genético son los agentes desencadenantes de la homosexualidad.

Teorías psicológicas
Teoría de Sigmund Freud
Freud estimaba que la homosexualidad era consecuencia de una inadecuada resolución edípica y por el proceso de identificación sexual. Freud había escrito en una carta a una madre de un hijo homosexual, adoptando una postura muy neutra sobre la cuestión:
“Por supuesto que la homosexualidad no es una bendición, pero no es nada de lo que uno tenga que avergonzarse; no es un vicio ni una degradación, y tampoco se puede considerar una enfermedad. Nosotros estimamos que es una variación del desarrollo sexual. Muchos hombres notables de los tiempos antiguos y modernos fueron homosexuales, entre ellos personajes ilustres como Platón, Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci, etc. Es una gran injusticia, y también una crueldad, tachar de delito la homosexualidad”. Notas históricas: una carta de Freud, 1951.

Teorías conductistas
Las teorías psicosociales hacen hincapié en que la homosexualidad es ante todo una cuestión de aprendizaje. Desde esta panorámica, el condicionamiento psicológico asociado al refuerzo o castigo de la conducta sexual adolescente o preadolescente (así como de los pensamientos y sentimientos de índole sexual) domina en buena medida el proceso de orientación sexual. En consonancia con ello, las primeras experiencias sexuales del sujeto pueden encauzarle hacia la conducta homosexual, bien porque ha tenido contactos placenteros y gratificantes con personas del mismo sexo, o porque sus relaciones heterosexuales han resultado desagradables, insatisfactorias e intimidantes. Como también una relación positiva con un compañero homosexual puede constituir un reforzamiento absoluto de su orientación homosexual. En síntesis, va a depender del proceso de aprendizaje para ver cómo toma la decisión de su propia orientación sexual.

Es necesario entender que la orientación pasa por qué alguien se “erotiza”, siente deseo sexual por una persona de su mismo sexo. Hasta ahora, hay muchas explicaciones científicas que sostienen por qué una persona es heterosexual, homosexual, lesbiana o bisexual.

Homofobia
La homofobia es la hostilidad y el miedo que mucha gente profesa a los homosexuales. Muchos creen que esta actitud surge de una defensa que moviliza al individuo para distanciarse de una situación que en el fondo le es demasiado afín. Así es posible que la razón última de algunas palizas brutales o incluso asesinatos de homosexuales, sea en parte, destruir o erradicar los impulsos homosexuales intrínsecos que tal vez asoman en el espíritu del agresor.

Esta actitud de rechazo hacia los homosexuales sólo conduce a comportamientos violentos en general. Lo importante no es si uno está a favor o en contra, no implica opinar como si fuera a discutir sobre la pena de muerte si se debe dar o no, la homosexualidad y el lesbianismo son expresiones de comportamientos distintos de los heterosexuales que hay que respetar guste o no a la población. También es cierto que si vamos al caso, muchas manifestaciones sexuales de los heterosexuales tampoco se respetan dentro de la misma comunidad heterosexual.

Justamente, por estas actitudes negativas hacia esta población hace que tanto homosexuales como lesbianas sufran una serie de agravios innecesarios.
Las etapas por las que pasan se desarrollan de esta forma:

1. Etapa de identificación
Esta etapa surge sobre todo en la niñez, cuando los/as niños/as comienzan a descubrir que son diferentes a otros/as niños/as y empiezan a ocultarse por lo general. La niñez de la mayoría de gays y lesbianas es solitaria.

2. Etapa de asumir una identidad
Este proceso ocurre en la adolescencia. Los gays y lesbianas comienzan a aceptar que tienen una orientación diferente a los heterosexuales. Algunos sólo tienen fantasías homosexuales o lesbianas y otros algunos que otros escarceos (toqueteos). Más allá de la aceptación es una etapa de mucha confusión por los problemas sociales que tendrá que enfrentar y por el propio proceso.

3. Etapa de aceptación de la identidad
Se da en la adultez esta etapa y las siguientes. Algunos autores lo denominan la etapa de “salir del clóset”, (entiéndase clóset por armario, ropero) es aceptar formalmente la orientación sexual. Aquí por lo general, los que asumen públicamente comienzan a tener dificultades con la familia, la pareja heterosexual (lo que tenían), en el trabajo y con sus grupos de diversión. Muchas veces, la familia de origen no está dispuesta a aceptar ni siquiera pacíficamente la orientación del hijo o de la hija.

4. Etapa de consolidación
Hay varias formas de enfrentar la orientación sexual, algunas de ellas:
- Aceptación formal, saliendo del clóset (ropero, armario) y empiezan a enfrentar las dificultades pertinentes.
- Comportamiento bisexual, con preferencia homosexual o lésbico pero en la clandestinidad.
- Comportamiento bisexual, con preferencia homosexual o lésbico pero sin clandestinidad.
- Comportamiento sexual sin vínculos estables.
- Comportamiento sexual clandestino, en otros términos sin salir del clóset, pero asumiendo que tiene una preferencia sexual.
Sin bien pueden haber más opciones, es importante señalar que cualquiera de estas posibles alternativas tienen sus ventajas y sus desventajas que muchos/as han podido convivir y llevar una vida saludable. Aquí también conviene analizar que los heterosexuales muchas veces aunque sean la mayoría no logran una convivencia saludable en su vida.

5. Etapa de apoyo
La diferencia marcada de estos años a los anteriores es que existen muchos grupos, asociaciones de minorías sexuales que posibilitan un mejor y mayor apoyo psicosocial y legal donde gays y lesbianas pueden acudir para asesoramiento, consejería y ayuda en general.
Estas etapas deben considerarse dentro del ciclo vital clásico, niñez, adolescencia, adultez.

Problemas con los que se encuentran las minorías sexuales:
- Discriminación laboral: Muchos homosexuales y lesbianas son víctimas de despido, por la única razón de su orientación sexual. También sufren de antemano discriminación cuando otros intuyen su orientación sexual. En ocasiones se les imposibilita ascensos, premios estímulos, mejores salarios, etc.
- Discriminación en la vivienda: Se prefiere alquilar a heterosexuales que a parejas homosexuales y/o lésbicas. También el vecindario trata de aislar a las minorías sexuales de las actividades de la comunidad.
- Discriminación en hoteles, restaurantes y otros servicios públicos: Acceso a créditos, beneficios bancarios, burlas públicas, etc.
- Vulnerabilidad: Se vuelven más vulnerables a chantajes, extorsiones, etc, sobre todo aquellos/as que se mantienen en la clandestinidad en cuanto a su orientación sexual. También justamente, por todos los problemas que tienen que sobrellevar se vuelven sensibles a tener algún problema psicológico como cuadros de depresión, ansiedad, trastornos de alimentación, adicciones etc. y se descarta que las minorías sexuales tengan más trastornos psicológicos que los heterosexuales.

Según Rubén Ardila en su libro “Homosexualidad y Psicología” (Manual Moderno, 1998) expone que existen múltiples dimensiones de la Orientación sexual tanto en los heterosexuales, homosexuales, lesbianas y bisexuales, que son:

Autoidentificación, comportamiento, fantasías, lazos emocionales y relación actual.
Idea personal. La diferencia muy marcada entre los gays – lesbianas y bisexuales es que en estas dimensiones pasan por etapas muy dolorosas, pudiendo ser evitadas, además actitudes homofóbicas y/o lesbifóbicas sólo conducen a perpetuar un círculo de violencia.

En el marco del respeto a la diversidad, es importante pensar sobre estos prejuicios;
1) “Los gays y lesbianas inician a otros adolescentes para convertirlos como ellos”. La homosexualidad y el lesbianismo son orientaciones que deben ser respetadas y la orientación es un proceso, no aparece en forma instantánea o “por arte de magia”. La homosexualidad y el lesbianismo no se contagian.
2) “El abuso sexual tiene relación con la orientación sexual”. Las investigaciones no plantean que las minorías sexuales sean las que mayormente abusen sexualmente de las personas, inclusive hay un mayor número de abusos sexuales cometidos por heterosexuales. El abuso sexual no discrimina ni sexo, ni raza y ni orientación sexual.
3) “La persona que respeta la diversidad es porque inconscientemente es un gay o una lesbiana”. El hecho que uno respete la diversidad no implica que necesariamente sea una minoría sexual.
4) “Todos los que proponen apoyar la no discriminación es “porque algún hijo/a, pariente, amigo/a, o pareja es gay o lesbiana”. Una persona puede simplemente apoyar la idea que no todos somos iguales y no tenemos por qué serlo, he ahí la riqueza de la diversidad.

Estos prejuicios no llevan a nada positivo como se explicó anteriormente.
Actualmente, existen grupos de acción que defienden los derechos de las minorías sexuales y apoyan todas aquellas actividades que promuevan la no discriminación. Además, estos grupos se convierten en un referente de solidaridad y de ayuda para las minorías sexuales.

En la medida, que podamos ver que la discriminación lo que hace es distanciar a las personas innecesariamente, creando vínculos agresivos entre los individuos, podremos entender que la discriminación se da en todos los niveles no sólo con las minorías sexuales y no beneficia a nadie.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ARDILA R. Homosexualidad y Psicología. Edit. Manual Moderno. 1998.
MASTERS - JOHNSON W. V. La Sexualidad Humana. Edit. Grigalbo.
Revista Orientaciones de Homosexualidades. Edit. Fundación Triángulo.
FOUCAULT, M. Historia de la Sexualidad. Edit. Siglo XXI. 1978.
COLEMAN E. Editor. Psychotherapy with homosexual men and women: integrated identity approaches for clinical practice. 1987.
GIRALDO O. Investigaciones y teorías sobre Homosexualidad Masculina. Revista Latinoamericana de Psicología. 1971.
GRANERO M. Diferencias entre homosexuales y heterosexuales en comportamiento y personalidad. 1984.

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