by Solange Márquez
Published on: May 31, 2005
Topic:
Type: Opinions

En marzo de 2004, la revista Nexos publicó una serie de artículos parte de “El agua y el mundo”, textos de un convenio celebrado con The Economist “Se necesita más dinero para resolver los problemas mundiales del agua. Pero aún más importante, argumenta John Peet, es la aplicación de los principios económicos, particularmente, oferta y mercados”.

El tema del agua ha sido, históricamente, un tema de conflicto y preocupación a nivel mundial. Tema de debate y discusión internacional, tanto ambientalistas como políticos han presentado diversas posturas al respecto.

El agua es el elemento más común en nuestro planeta y, con mucho, el más necesario para la vida. El 97% del total del agua que cubre la tierra es agua marina, la cual no es apta para ser utilizada por el ser humano, solo el 1% del agua del mundo es dulce y está disponible para ser utilizada.

Peet, menciona, en principio, que el mito de que “el agua se va a acabar” no tiene fundamento puesto que “a diferencia de otros recursos naturales, como el petróleo y el carbón, el agua es infinitamente renovable”. Argumenta que el ciclo del agua es eterno y ello es lo que hace que ésta nunca se termine.

La creencia, muchas veces generalizada, de que el agua es un recurso inagotable, es, este si, un mito. Cuando los biólogos y ambientalistas hablan sobre la escasez del agua no se refieren específicamente a que este recurso se acabe tal cual sino que deje de ser accesible para el ser humano. ¿A qué me refiero con esto? a que por mas agua que siga su ciclo natural, esta generalmente ya está contaminada. Es cierto que el agua como tal no se termina, pero se termina la susceptible de consumo.

El mito de que los únicos culpables son los estados también es irreal. Por muchos años las instituciones internacionales han estado enfocadas a intentar incluir en el desarrollo a la gente que se ha quedado fuera de él, especialmente aquellos que viven en países en vías de desarrollo. Hoy por hoy, los resultados son muy magros y una causa fundamental es la falta de cooperación y comunicación.

No significa que esté en contra de todo lo que el autor menciona, considero que es sumamente necesario que se invierta en el tema del agua, especialmente para lograr cumplir algunos de los compromisos mundiales para lograr que una gran mayoría de los más de mil millones de personas en el mundo que no tienen acceso al agua, lo tengan. Desafortunadamente, los mercados no son precisamente el ejemplo de la mayor preocupación mundial por los problemas sociales. Aunque hay muy buenos ejemplos de cómo esto ha funcionado, también existen ejemplos que muestran un terrible fracaso.

Debemos encontrar la fórmula para lograr equilibrar los intereses públicos con los privados y que unos sirvan a otros y todos al beneficio de la mayoría. Los ejemplos que existen como exitosos son una buena muestra de cómo es posible lograr este equilibrio, pero sigue siendo un equilibrio sumamente endeble, debemos encontrar fundamentos que refuercen y que creen bases fuertes a largo plazo. Pero solo intentándolo, acercando a las partes en conflicto y buscando lograr ese equilibrio.


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