by Patricia Aguilar
Published on: Apr 26, 2005
Topic:
Type: Opinions

Pubertad: Tiempo de Cambios

Por Patricia Aguilar Cabrera
Psicóloga Clínica y Educadora en Sexualidad Humana

¿Qué es la pubertad?
La pubertad es el evento biológico que marca el inicio de la Adolescencia.
En ese sentido pubertad y adolescencia no son sinónimos, ya que cuando hablamos de Pubertad nos referimos a un evento físico, biológico y si nos referimos a la Adolescencia, ésta es básicamente un fenómeno psicosocial.
Los cambios hormonales son los responsables de la pubertad. La pubertad tiene una secuencia específica y se inicia en las mujeres entre los 9 y los 15 años más o menos; en los varones, estos cambios aparecen aproximadamente dos años más tarde que en las mujeres, es decir, entre los 11 y 17 años.

¿Cuáles son los cambios físicos y psicológicos que se producen en la pubertad?
La secuencia de los cambios BIOLOGICOS son:
-Repentino y brusco crecimiento y aumento de peso corporal.
-Crecimiento de órganos reproductores internos y externos.
-Aparición de caracteres sexuales secundarios.
-Aparición de la menstruación en la mujer y capacidad eyaculatoria en el varón.

Cuando hablamos de Caracteres Sexuales Secundarios nos referimos a modificaciones que se dan a nivel físico y que marcan las diferencias más notorias entre varones y mujeres. Derivan de los Caracteres Sexuales Primarios que son los cambios específicamente en los órganos reproductores internos (ovarios y testículos) y externos (genitales).

Los caracteres sexuales secundarios se resumen en los siguientes:

MUJER
- Aumento del ancho de las caderas
- Desarrollo de los senos
- Vellos en el pubis y axilas
- Aumento de la transpiración y aparición del acné
- Menarquia o menarca: primera menstruación

VARON
Crecimiento de testículos y pene
- Vellos en el pubis
- Aumento de la transpiración y aparición del acné
- Vellos en la cara y en el resto del cuerpo
- Cambios de voz (tonalidad más baja)
- Desarrollo de los músculos, especialmente hombros, brazos y piernas
- Espermarquia: primera emisión del esperma conocido como “polución nocturna” o “sueño húmedo”

Si bien el desarrollo puberal puede presentarse en un rango amplio de edades, desde los 9 a los 17 años, debe observarse la presencia de algunos cambios que indican que el mecanismo se ha iniciado. Existen casos, poco frecuentes, en que a pesar de la edad de los niños/as no dan indicación de este desarrollo y se debe consultar con un médico/a especialista, para que vea las razones de esto.

Los y las púberes experimentan preocupación por su desarrollo corporal. Son muchos los cambios que observan en sí mismos/as y que crean angustia como: la aparición del acné, aumento en la sudoración con olor característico, la pérdida de coordinación motriz a causa del brusco y repentino crecimiento corporal, etc. Pero es importante asegurar a los chicos y chicas que tarde o temprano su desarrollo será completo y que en general, están sanos y que estos cambios son normales.

En cuanto a los cambios psicológicos, la etapa de grandes cambios que se manifiestan a nivel físico, social y emocional, en la adolescencia, llevan al chico y la chica a vivir a veces momentos conflictivos ya que se descubren nuevas realidades, se van ganando más libertades, pero a la vez más responsabilidades, surgen dudas, contradicciones y la búsqueda de sí mismo/a.

Pero, es una nueva etapa de oportunidades que debería visualizarse sobre todo, desde nuestra mirada de adultos/as como positivas y enriquecedoras para el o la joven, y no siempre como sólo “problemas”.

Socialmente, se da la necesidad de independencia de las figuras paternas y maternas y el autoconocimiento para ir forjando una escala de valores propios.
Se crea una búsqueda constante de integrar grupos de amigos, quienes serán su grupo de referencia para compartir las dudas, curiosidades, gustos, etc.
También comienza la época de la atracción sexual, al relacionarse con otros chicos y chicas se ven atraídos sentimentalmente.

Esta búsqueda de la identidad propia, y la atracción sexual que despierta, es la que muchas veces crea fricciones con los adultos/as con quienes se relaciona el o la adolescente, cuando el adulto/a todavía quiere prolongar la dependencia que hasta entonces tenía el chico o la chica. Y la tendencia más o menos generalizada es que se ve a los hijos/as como muy jóvenes, que pueden descuidar los estudios y que pueden verse influidos por amistades que desconoce, lo que crean los enfrentamientos y desconfianza.

Otros cambios a nivel psicológico y social son: la preocupación por la imagen corporal, la preocupación por el futuro y la inserción laboral y la idea de invulnerabilidad que a veces los llevan a tomar riesgos innecesarios.

Pero todo esto es parte del proceso, donde el adolescente necesita la contención emocional, el acompañamiento y afecto de sus padres/madres, y por supuesto buscando equilibrar también con los límites que son necesarios. Por un lado, el apoyo emocional y por el otro los límites claros y concretos.

La convivencia sería mucho más grata y llevadera, si como adultos/as vemos a los adolescentes como personas que tienen sus propias opiniones y que necesitan aprender de sus propias experiencias a recibir y dar afecto.

¿Cómo se presenta el despertar sexual en la pubertad?
El chico o la chica se relaciona con otros/as y se ven atraídos sentimentalmente. En este aspecto, el adolescente va definiendo sus preferencias sexuales y afectivas.

Es muy común que en algunos momentos se enamore perdidamente de alguien, que sufra profundamente cuando “rompe” una relación, para luego comenzar con otra nueva relación. Y así gradualmente va alcanzando relaciones más maduras, que en la mayoría de los casos tienden a ser más armoniosas y estables.

En este sentido, el cambio constante de pareja es frecuente, con lo que aumenta el riesgo de contactos sexuales, cada vez más íntimos, que en el caso de un contacto genital puede desembocar en la transmisión de infecciones y de un embarazo, en el caso de relaciones heterosexuales.

Es aquí donde la educación para la sexualidad, dada oportunamente, puede evitar estas consecuencias indeseadas, ya que el adolescente llegado el momento en que lo necesite, podrá tomar decisiones más responsables basadas en información veraz.

Otra conducta sexual muy propia de esta etapa es la masturbación. Merece una atención especial porque es una de las principales actividades sexuales desarrollada en esta etapa, además de estar directamente relacionada a aspectos físicos y psicológicos.

Por definición, la masturbación es la capacidad que tiene el ser humano (varón y mujer) de autoestimularse y autosatisfacerse sexualmente.
En la adolescencia esta capacidad despierta con mayor fuerza, provocando en el adolescente una gran excitación, generalmente asociada con fantasías eróticas. Aclarando que esta conducta también puede darse en cualquier etapa de la vida.

Lo importante de esta conducta es que si el o la adolescente es capaz de liberarse de los sentimientos de culpa con respecto a su sexualidad (que le han inculcado desde la niñez), la masturbación puede tener efectos positivos ya que reduce la tensión sexual, prepara para la comunicación sexual con otra persona y minimiza la posibilidad de contactos sexuales riesgosos con otros/as; siempre y cuando, esta conducta no afecte su vida social, se dé en la intimidad y no sea su forma exclusiva de obtener placer.

¿Dónde y cuándo deben recibir la mejor educación sexual?
Siempre debemos partir de la base que es la Familia. Recordando que no existen recetas mágicas para la educación en sexualidad.
Como la familia es la primera escuela es bueno remarcar que la educación no se da sólo con palabras, la ausencia de cariño entre los padres, los golpes cuando un niño/a se toca los genitales, la vergüenza ante ciertas palabras, los silencios sobre ciertos temas, los comentarios groseros, etc., son formas poderosas de educar en sexualidad.

Por lo tanto, la esencia dentro de la familia, es que educamos siempre, y que debemos buscar crear la suficiente confianza en el niño/a, para que llegado el momento de los grandes cambios de la adolescencia, el o ella puedan acercarse primero a los padres, madres o responsables directos para hablar sobre sexualidad y no a sus pares amigos/as, que probablemente manejan información errada sobre el tema.

La mejor educación será la educación en valores que la familia transmita.
Luego entran los siguientes actores que serían los docentes, dentro de la educación formal, y los especialistas en el tema, que pueden servir de apoyo a padres, madres y docentes a la hora de ser necesario.

También debemos apuntar la gran influencia de los Medios Masivos de Comunicación, quienes son formadores de opinión y que a su vez actúan en la socialización sexual de niños, niñas y adolescentes y que si estas influencias no son canalizadas positivamente por los adultos/as responsables, pueden incidir mucho más en los chicos y chicas a la hora de asumir sus conductas.

Cuándo es la gran pregunta, y la respuesta es SIEMPRE, la educación en sexualidad no debe ser postergada.

Respetando el momento evolutivo en que se encuentra el niño/a, debemos ir respondiendo a sus inquietudes, con términos sencillos, pero correctos, llamando a las cosas por su nombre con mucha libertad y respeto.

Estudios científicos avalan que la educación sexual formal (en las escuelas y colegios) y la no formal (con organizaciones especializadas), previenen los embarazos no planificados, la transmisión de infecciones, el abuso sexual y retardan el inicio de las relaciones sexuales coitales.

Por todo esto, vale la pena apostar por la educación en sexualidad, en dónde demos información científica, teñida de valores, más el desarrollo de habilidades de comunicación.


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