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Es interesante, para hablar sobre la participación ciudadana y su relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, hacer mención al actual Código del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales, en el artículo I de su Título Preliminar:
“Toda persona tiene el derecho irrenunciable a gozar de un ambiente saludable, ecológicamente equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida y así mismo, a la preservación del paisaje y la naturaleza. Todos tienen el deber de conservar el medio ambiente”.
Si todos, como afirma el artículo en mención, tenemos el deber de conservar el medio ambiente, la pregunta resulta lógica ¿Cuántas personas verdaderamente lo conservan? Si este postulado lo llevamos al plano domestico, al ciudadano común que no reacciona ante la contaminación existente en su ciudad, los alcances de dicha norma se multiplican. Tomando en cuenta que en el Perú, por dispositivo legal, ninguna persona puede argumentar desconocimiento de la norma, la pregunta toma nuevos matices. Bajo este argumento se presentan dos posibilidades: La primera, nos lleva a la creación de nuevos mecanismos sancionadores a nivel administrativo y punitivo a nivel penal. La segunda, nos exige crear mecanismos que efectivamente realicen la norma que nos impone el deber de conservar el ambiente. Pienso que la solución esta dada por ésta última posibilidad. En la actualidad la inclusión de mecanismos como el derecho de participación ciudadana abre nuevas posibilidades de involucramiento del ciudadano común con su responsabilidad de cuidar el ambiente.
Si tomamos como referencia las consultas ciudadanas que se han realizado para dar a conocer y revisar el articulado del nuevo código del medio ambiente en el Perú, podemos notar la importancia que tiene el mecanismo de las audiencias públicas para que las personas se involucren en esta nueva norma. Entonces, ¿Por qué no utilizar esos mecanismos para incluir dentro del debate regional las iniciativas, que en pos de la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se desarrollen en el Perú?
Es cierto que el tema requiere de un trabajo logístico mayúsculo, tomando en cuenta los alcances de las ODM’s. No es solo reunir a un grupo de personas a discutir sin sentido sobre la bondad de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La organización de dichas audiencias puede desplegarse, para este objetivo específico, pero asumiendo una visión de conjunto debido a lo complejo del tema. Con ello conseguimos que incluya no solo nuestra iniciativa respecto a la atención de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el Perú. También se debería dejar constancia de la asunción de responsabilidades de los organismos públicos relacionados al ambiente.
La participación ciudadana, regulada en el Perú por ley propia, no debe quedar ajena como mecanismo para exigir nuestra participación en el debate público de las ODM’s. De esta misma manera, así como se puede aplicar la participación ciudadana a niveles macros, dependiendo de la capacidad y disposición de los gobiernos regionales y locales, ellos mismos también podrían valerse de este dispositivo y ser los creadores de espacios de discusión.
No hay que olvidar que son justamente los entes gubernamentales locales, quienes tienen mayor cercanía con los problemas ambientales caseros, es decir, los que afectan directamente al ciudadano. Éstas audiencias podrían llevar, no solo a la mayor interrelación entre administrado y administración, sino que también permitirían la unión de fuerzas en causas que requieran el apoyo del gobierno central. No hay que olvidar que existen problemas ambientales a nivel macro que requieren el trabajo conjunto de los tres niveles de gobierno. Ante la falta de atención del gobierno capitalino, la unión en un frente común ejercería mayor presión sobre la administración central.
Es cierto que es fácil plantear una estrategia para la discusión de metas, y que es mucho más complejo llevarlo a cabo a nivel macro como requieren los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Pienso que si bien la propuesta anteriormente expuesta recoge una consigna sencilla como lo es el involucramiento del ciudadano común en esta campaña, es también cierto que haciendo sostenible ésta inclusión, el mismo ciudadano puede impulsar una reforma que llegue a niveles más altos. Se debe investigar más y esto es solo el comienzo del camino.
Dice Facundo Cabral que “el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá”. ¿Es acaso que esta sentencia fue hecha en estricto favorable para aquellos que tomaron la tarea de cuidar la naturaleza? Es nuestra tarea y poco a poco hay que conducirnos a realizarlas.
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Rolando
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