by Rolando Zapata Rumiche | |
Published on: Apr 5, 2005 | |
Topic: | |
Type: Short Stories | |
https://www.tigweb.org/express/panorama/article.html?ContentID=5358 | |
La necesaria reflexión sobre la disyuntiva que trae consigo el desarrollo económico o industrial de una nación, frente a la necesidad de conservar un ambiente equilibrado para defender el derecho de las nuevas generaciones, conlleva la tarea compleja de hacer un análisis profundo de los muchos factores relacionados con esta situación. Si a todo ello, le sumamos el fortalecimiento progresivo de mega proyectos como la Campaña del Milenio de Naciones Unidas, nuestro ejercicio puede convertirse en “el ejercicio”, que no solo comprometa una corta porción de nuestro tiempo, sino que se constituya en la bandera de acción para toda nuestra vida. Mi experiencia personal se basa en la coordinación o apoyo de actividades relacionadas a proyectos ambientales. La síntesis que he podido obtener, no solo describe las ganas iniciales de mi labor, sino que tiene necesariamente que describir la desazón propia que se siente cuando las cosas no salen como las planeas. Pienso que no soy negativo por decir ésto; pienso que al contrario, mi afirmación anterior lleva consigo una dosis muy alta de positivismo. Pensar en los logros y en los fracasos de un proyecto es dejar de ser soñador para asumir, de lleno, el gran reto de la labor ambiental a nivel mundial: Es asumir que la tarea de romper con moldes pre establecidos por nuestra sociedad es un camino largo, lleno de tropiezos, pero también de victorias. En Piura, el año 2004, un grupo de jóvenes reunidos al interior de WWW.CONSULTANTRES.ORG, reflexionaban acerca de las posibilidades de crear un proyecto ambiental, tomando como referencias lo interesante de tema y lo novedoso en nuestra localidad. Al investigar sobre cuál era el principal problema de nuestra ciudad, se determinó que lo constituía la faltaba conciencia ambiental. Tomando ésto como punto de partida, se determinó que una de las maneras de propiciar la conciencia ambiental era la inclusión de grupos humanos en actividades ambientales. Buscando cuál podría ser esa actividad, se llegó al convencimiento que las posibilidades, tanto económicas, sociales y sobre todo ambientales del reciclaje lo colocaban en una posición privilegiada respecto de otras actividades. Al buscar un grupo humano para el proyecto, la decisión se inclinó por las escuelas de nuestra ciudad. Esto, entre otras razones, porque los niños y jóvenes asumían con mayor entusiasmo proyectos novedosos, sobre todo en los que ellos mismos fueran los actores principales. Así nació el proyecto Piura educa y recicla, organizado por WWW,CONSULTANTES.ORG, Consultoría Administrativa Canadiense y desarrollo de Proyectos y que tuve la responsabilidad de coordinar. El proyecto consistía en propiciar en los colegios de mi ciudad, un sistema de reciclaje de residuos sólidos al interior de las escuelas. En dicho sistema se preveía la inclusión de profesores, padres de familia y alumnos. Una de las ideas base era la de conseguir que e propio sistema se autofinanciara. No era solamente tratar de concienciar a las personas del centro educativo para propiciar en ellos la conciencia ambiental y la actividad de la selección de residuos para su reutilización. Era propiciar un sistema que fuera autosostenible, tomando como referencia el magro presupuesto que manejan las escuelas. Al pensar en el Piura Educa y recicla, pienso en las coordinaciones iniciales, pienso en ese grupo de jóvenes que escuchaban atentos la justificación de nuestro proyecto. Es interesante el entusiasmo en las personas cuando descubren que pueden cambiar su realidad, innovar, ser diferentes. El proyecto debía desarrollar como primera actividad la conferencia denominada I Jornadas Ambientales Piura Educa y Recicla. Para la realización de estas jornadas, solicitamos el apoyo de personas interesadas con el ambiente en nuestra ciudad. Al hacer las coordinaciones respectivas, logramos convocar a profesionales de las entidades estatales y de las universidades y programas de maestrías, los cuáles nos brindaron su apoyo desde el principio. No solo logramos convocar al Ministerio de Salud, Gobierno Regional Piura, Universidad de Piura, Universidad Nacional de Piura, Comisión Ambiental Regional e investigadores, sino que además conseguimos que algunas personas naturales y jurídicas apoyaran nuestro proyecto. El trabajo durante esas jornadas fue intenso, no solo porque decidimos invitar personalmente a cada uno de los colegios seleccionados, los cuales sobrepasaron los 80, sino porque muchas veces tuvimos que ingresar a lugares de difícil ubicación o acceso. La meta había sido planteada así y así debía de hacerse. Algo que me llena de orgullo del grupo que tuve a mi cargo, es el ímpetu del mismo por conseguir las metas propuestas. Muchas veces nos dimos con la ingrata sorpresa que nuestro proyecto no tenía eco en las principales autoridades escolares visitadas; algunas veces las personas estaban muy ocupadas para nosotros, o nos pedían esperar su respuesta. Tuvimos que luchar para conseguir el apoyo de empresas privadas, recibiendo la falta de interés de muchas a nuestro proyecto. De suerte, buscando cumplir con los objetivos que nos habíamos planteado, encontramos manos amigas que creyeron en nosotros y que nos brindaron su apoyo desinteresadamente. Conseguimos muchas cosas de nuestras conferencias. Conseguimos personas que asistieron interesadas por el tema; conseguimos personas que compartieron con nosotros sus propias experiencias. Conocimos expositores, cuya sencillez y apoyo nos animaron a continuar a pesar de todo. También conocimos la desilusión, la desesperación propia de quién no puede manejar una situación; tuvimos que armarnos de valor para afrontar situaciones que, habiéndolas previsto, no salieron como deseábamos. Al final de las jornadas, cumplimos con los expositores, con el público y sobre todo con nosotros mismos. Al hacer un repaso por esta experiencia, se me viene a la mente la vez en la que celebremos el final de nuestra tarea. Es mucho más satisfactorio el final de un trabajo cuando miras atrás y ves todo lo que te ha tocado enfrenar para culminarlo. Pienso en la vida como una enseñanza constante, con experiencias nuevas, con apertura a los sucesos que no puedes controlar. La vida te enseña a motivarte y a motivar, a compartir los logros y aprender del fracaso. Más que organización, más que conceptos ambientales, para el grupo organizador, lo más valioso fue aprender que se puede salir adelante, que se puede triunfar. A pesar que las personas que formaron el grupo tomaron rumbos distintos, pienso que en todos nos quedó esta enseñanza: El camino del desarrollo sostenible, de la defensa del medio ambiente es un camino largo y complejo. Si es complejo organizar una pequeña tarea, debe serlo más volver a organizar nuestro mundo y hacerlo sustentable. A pesar de lo complejo, pienso que la dificultad propia de esta tarea no debería desanimar a nadie: Dificultades siempre se tendrán, pero bien vale el esfuerzo si pensamos lo importante de cambiar nuestro futuro. La satisfacción será inmensa. Sí se pueden conseguir los ODM’s, solo es cuestión de comprometernos. « return. |