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. Y no tener amigos es un problema de alto grado de importancia, es desmoralizante, traumático y podemos terminar muy depresivos viviendo esta situación.
Tan importante o más que los amigos, es la unión con otro del sexo opuesto, o quien sabe del mismo, cuando hay atracción física, nos enamoramos, o flechamos. Sin duda hay mucho en juego en ese terreno, nuestras ilusiones, expectativas, autoestima, imagen social, y estabilidad emocional. Nos sentimos a gusto si alguien nos quiere, la sociedad también nos acepta más, hemos sido correspondidos y elegidos por alguien, de hecho gracias a ese alguien podemos decir algo de lo que somos. Y hasta a veces toda nuestra felicidad puede girar en su entorno.
Tenemos la tarea de ser aceptados socialmente. Sabemos que de esto tampoco se ven libres los adultos, pero nosotros ponemos en juego nuestra personalidad por completo, por que somos mucho flexibles, débiles e influenciables. Bulimia, anorexia, enfermedades psíquicas provocadas por condicionamientos sociales que nos cuestionaron en algún momento y nos dejaron sin opción. De alguna forma hay que sobrevivir en la jungla. Drogas, alcohol pueden ser otros tubos de oxigeno en una sociedad asfixiante, que pide más de lo que podemos dar, que exige que usemos mascaras para esconder atrás de ella nuestras inquietudes, nuestros sueños, curiosidades, criticas. Galeano dijo: “Nunca el mundo había sido tan desigual en las oportunidades que ofrece y nunca el mundo había sido tan igualador en las costumbres que impone”. Y siendo joven entiendo cuanto nos cuesta tener que elegir entre ser parte de una masa homogénea o de otra inadaptada, de cualquier modo, ambas partes son difíciles, y es nuestro tema sobrevivir a esta edad, aprender de ella, y demostrar que no todo es como dicen, y que no toda la juventud está perdida.
Apáticos de la política o con ideologías a flor de piel, con los últimos jeans a la moda o con el estilo más bohemio que exista, encerrados en el cyber o ayudando en un centro social, los jóvenes somos lo que somos, jóvenes. Nos relacionamos con otros, esperamos cariño, buscamos lugar para brindarlo, queremos sentirnos útiles, necesarios y protagonistas.
Cuando nos dan esta oportunidad algo mágico pasa, como por arte de magia cambiamos repentinamente, y de un día para el otro dejamos de opinar de un modo para opinar de otro, totalmente distinto, nos resocializamos, nos convertimos constantemente, y mostramos que cambiar se puede, que con menor edad cronológica nuestra mente joven es la más maravillosa de todas, porque tenemos apertura a la vida, porque sentimos que estamos naciendo y que todavía hay mucho por recorrer.
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Gabriela Alvarez
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