Pero primeramente, es necesario definir lo que significa ser de izquierda al comienzo de este siglo XXI. Para empezar el término surgió de la forma en que se sentaban en la asamblea francesa durante la revolución, a la izquierda estaban quienes buscaban un cambio en la sociedad, los liberales, los que no querían más los reinados. A la derecha los que querían seguir conservando las cosas igual, apoyando el feudalismo y a la nobleza.
En el siglo pasado surge una izquierda más radical que proponía otro cambio, pero ahora un cambio hacia el comunismo primero y luego al socialismo como un nuevo pacto social. Con lo que se propone dejar atrás al capitalismo. Paradójicamente, ahora son de derecha los que habían sido anteriormente considerados de izquierda. Aún así, se tratará de dar un significado más concreto de lo que significa ser de izquierda.
Para empezar definir algo o alguien de izquierda no sólo queda en los símbolos, ni en su partido político, no basta con decir que un partido se autodenomine de izquierda para serlo, ni que una persona diga que lo es. No es así, la izquierda radica más en las acciones a tomar, en lo que se haga, y en la esencia que se tome para gobernar. Un par de acciones no amerita el nombre de izquierda, se necesitan ver las acciones en conjunto, para de ahí conocer si está actuando de una manera cercana a la izquierda o no.
De acuerdo con James Petras, profesor emérito de sociología en la Universidad de Binghamton, el criterio para definir una política de izquierda son:
1. Disminución de las desigualdades sociales,
2. Incremento de los estándares de vida,
3. El interés general y la propiedad nacional por encima de la propiedad privada y extranjera, 4. Los impuestos progresivos (rentas/ empresariales) por encima de los regresivos (IVA, consumo),
5. Prioridades presupuestarias que favorezcan los principales gastos sociales e inversiones públicas en trabajo en lugar de subsidios a los explotadores y al pago de la deuda externa,
6. Promoción y protección de la propiedad nacional de las materias primas por encima de la explotación extranjera,
7. Diversificación de la producción para valorar productos añadidos como oposición a vender materias primas sin procesar,
8. Subordinación de la producción para la exportación al desarrollo del mercado interno,
9. Participación y poder popular en las tomas de decisión como oposición a las decisiones de la élite hechas a través de negocios, la banca internacional (FMI) y las élites políticas,
10. Consulta con los movimientos de masas en la selección de ministros claves en los gabinetes de gobierno en lugar de con las élites de los negocios locales y extranjeras,
11. Adopción de una política exterior antiimperialista contra el apoyo a los libre-mercados, a las bases militares y a las guerras imperiales y de ocupación,
12. Revocar privatizaciones perjudiciales, y oponerse a su ampliación y consolidación
13. Aumentando del salario mínimo en contra del exceso de pagos de la deuda externa y
14. Promoción de una legislación laboral que facilite la organización sindical, una educación y servicios de salud públicos gratuitos y universales.
Estas medidas de izquierda tienen como fin crear un estado más equitativo en el que las clases sociales no se encuentren tan alejadas, y en las que sea posible crear una clase media fuerte, y con acceso a una vida digna, en contraposición con la explotación de mano de obra, y en la búsqueda del capital como factor de bienestar por encima de cualquier persona. También habrá que decir que la izquierda no está en contra de las privatizaciones, sólo de aquellas que son perjudiciales para las personas.
La oposición a las guerras y la autodeterminación de los pueblos es un punto clave para que una política de izquierda pueda sostenerse. La izquierda no significa en ningún caso retraso ni querer volver al pasado. La izquierda es una opción postcapitalista, en la que el ser humano sea la base del crecimiento en la sociedad. También la oposición a decisiones hechas por sectores ajenos al país, en especial por organismos externos como el Banco Mundial o el Fondo Monetario internacional.
La izquierda respeta la libertad de los individuos por encima de intereses de compañías transnacionales. La izquierda busca una opción al capitalismo existente, el cual ha dado la supremacía al dinero, a la mercancía, a la productividad, a la especulación, a las ganancias, y esos son los criterios que privan. En consecuencia, las personas son sólo una pieza, un instrumento que reditúa ganancias para los pocos de arriba.
No sólo es necesaria la inversión estatal en empresas, también lo he es la privada. El Estado no puede sostener toda la economía, se necesita mayores inversiones en rubros estratégicos para el crecimiento del país, la inversión privada en Petróleos Mexicanos y en la comisión federal de electricidad son necesarias para lograr una eficiencia en estas empresas.
La izquierda en este sentido debe privilegiar las inversiones nacionales, y no hacer privatizaciones que pudiesen ser perjudiciales para el pueblo. Una verdadera izquierda permitiría la incorporación de más sectores de la sociedad en decisiones del futuro. Esto con el único fin de lograr un crecimiento con el poder de la población.
Siguiendo. La izquierda que representa muchos politicos en America Latina es sólo de imagen. La izquierda no es populismo. Una verdadera izquierda significa tomar en cuenta al pueblo, darle el poder a la sociedad para decidir sobre ellos mismos. El nacionalismo está en nosotros mismos, no tiene que ver quien sea el dueño de algo, el nacionalismo es comportarnos a favor de nuestra sociedad. Si alguien extranjero posee el petróleo mexicano no se viola la soberanía de la nación.
Por otro lado la izquierda debe de ser considerada como una política a favor de la sociedad, por el respeto a los individuos y reconocer el derecho de las minorías: indígenas, homosexuales, incapacitados, etc. Las demandas principales de la izquierda son: Techo, tierra trabajo, paz, salud, educación, independencia, democracia y libertad para todos. La izquierda se debe de presentar como un nuevo modelo a seguir.
La verdadera izquierda no busca culpables en países extranjeros, ni en otras instituciones. Busca una alternativa al modelo capitalista, busca el crecimiento del ser humano. Y sobretodo la obtención de metas sociales a favor del país y de su entorno, no sólo de metas individuales las cuales tienen como único fin lograr un éxito económico, sin importar a costa de que se logre.
Para terminar es importante decir que la llamada izquierda puede ser un camino alterno válido de progreso económico y social, siempre y cuando se respete a la sociedad y no se corrompan los derechos de las personas. Tal vez el principal problema de la izquierda es que no existe un camino único a seguir, sino la existencia de diversas izquierdas que en ocasiones se contraponen entre si, lo cual hace difícil que se pueda lograr un consenso único sobre lo que debería de perseguir o no la izquierda moderna.
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