Las causas de esto es la falta de conocimiento, falsas creencias, juicios sobre las personas y la ignorancia de no darse cuenta de que lo estamos haciendo. Ejemplo de esto incluyen: quitar los derechos humanos y quitar el poder de tomar decisiones, criticar, culpar a la persona, rechazo y autoculpa.
El estigma y la discriminación ponen en peligro la eficacia de los programas de prevención y cuidado del VIH haciendo que los individuos no se presenten para hacerse las pruebas y no busquen información sobre cómo protegerse a sí mismos y a los demás. De esta manera las personas que viven con VIH pueden aislarse sin recibir la atención y apoyo necesarios para reducir el impacto de la epidemia.
De igual manera, puede desalentar a las personas a utilizar medidas de prevención por ejemplo, insistir en la utilización de un preservativo en una relación sexual, lo cual podría interpretarse como un reconocimiento de que están infectadas. Esto crea barreras para bloquear los esfuerzos por controlar la epidemia de VIH, además de impedir nuevas infecciones, prestar atención, apoyo y tratamiento a las personas con VIH.
Y eso no es todo, el estigma puede además provocar el abandono de la familia, casa, trabajo, baja de la escuela, depresión, alcoholismo, El estigma puede tomar otras formas de rechazo, aislamiento o culpabilidad. Por lo que es muy importante cambiar nuestra forma de actuar y pensar hacia las demás personas.
Hay que recordar que el estigma y discriminación es dañino para nosotros/as, nuestras familias y nuestras comunidades
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