TIGed

Switch headers Switch to TIGweb.org

Are you an TIG Member?
Click here to switch to TIGweb.org

HomeHomeExpress YourselfPanoramaNomás a esperar el tren
Panorama
a TakingITGlobal online publication
Search



(Advanced Search)

Panorama Home
Issue Archive
Current Issue
Next Issue
Featured Writer
TIG Magazine
Writings
Opinion
Interview
Short Story
Poetry
Experiences
My Content
Edit
Submit
Guidelines




This work is licensed under a Creative Commons License.
Nomás a esperar el tren Printable Version PRINTABLE VERSION
by Cristino Alberto Gómez, Dominican Republic Sep 1, 2008
Human Rights , Health   Short Stories

  

Mamá llegó a las once, una hora después que tú te fueras. Entró a tu habitación, todavía con la compra en manos. Habías pedido que te trajera una botella de vino… Ella te reprendió, recordando que no había lo suficiente para comprar siquiera el aceite, que si tú querías vino habrías de buscar con qué comprarlo, que eras un inservible y no valías un centavo.

“¿A dónde ha ido?”

“No sé, dijo que a esperar el tren”.

Salió corriendo a buscarte. Yo cerré la puerta y seguí a Mamá hasta la estación. La alcancé cuando se ahogaba frente a la tarima, preguntando cuánto tiempo hacía desde que pasó el último tren. “Quince minutos, señora. Quince minutos”.

Mamá respiró profundo y tomó asiento en uno de los bancos de espera; yo me senté silenciosamente a su lado. Ella sacó el inhalador de la cartera; luego me miró a los ojos. Sudaba, con la cara enrojecida por la carrera.

“¿Por qué no lo detuviste? ¿Tú no sabes que le puede dar el ataque o perderse por ahí?”

“Debiste pensarlo antes, Mamá. No lo puedo detener, él es mi padre, y además está bien grande ya”.

Todavía Mamá no dejaba de respirar forzadamente. Su blusa estaba mojada, como si hubiese pasado por debajo de la lluvia.

“¿Qué quieres decir con eso?”

“Lo que bien sabes. Que es por tu culpa si algo le sucede a Papá”.

Saliste a tomar un aire; yo no podía contenerte. No te habían gustado aquellas palabras de Mamá. Ella quiso armar una garata pero tú te quedaste callado, y eso la hizo enfadarse más. “¿Hasta cuándo tendré que soportarte, viejo inútil? No te paras de ahí ni siquiera para cambiarte esa ropa. ¿Por qué no me pides una pasta de jabón, y te bañas, puerco?

Tú cerraste los ojos y dormiste otro de tantos sueños. Pero despertaste a tiempo, cuando todavía Mamá no llegaba del supermercado. Yo sentí tus lentos pasos y los golpes de tu bastón. Venías a mí.

“Dios te bendiga, mi hija”, dijiste y me besaste la frente.

Sentí humedad en mis ojos, que al mirar te encontraron junto a la puerta.

“¿A dónde vas, Papacito?”

La puerta casi daba un golpe al cerrar cuando tu voz logró cruzar por en medio: “Nomás a esperar el tren”.

Nunca antes quisiste decir adónde ibas ni cuándo volvías. Salías callado, dabas una vuelta por el parque y luego te metías a la cantina. Pedías siempre el mismo vino, cuyo nombre nunca nos dijiste. Lo tomabas siempre allí adentro para no traer la botella a casa. “Yo no soy bebedor”, decías. “Tomarse un vino en la cantina no daña, pero andar con la botella encima, ya eso es maña”.

Allí te buscamos, Papá. El cantinero nos dijo que te había visto, que habías pedido un trago.

“Hace una hora, pero se fue enseguida”.

“¿Rumbo a la casa?”

“No. A la derecha, señora”.

Mamá bajó la cabeza y su gesto señaló el camino a casa, como invitándome a caminar de vuelta. Entonces empezó a llorar. Yo seguí muy serena, recordando el momento cuando me abrazaste contra tu pecho, antes de irte. Pronto llegamos y mamá se encerró en tu cuarto. Le hiciste falta ese día, y aún te espera. Cada vez me pregunta si alguna vez te he llorado. Pero tú sabes que no he de llorar, pues sé que fuiste a buen puerto, Papá, allá donde llega el tren. Siento aún en mi frente aquel beso, mientras vuelves una y otra vez para decirme: “Dios te bendiga, mi hija, Dios te bendiga”.

Cristino Alberto Gómez
Sábado 28 de Abril de 2007





 1     


Tags

You must be logged in to add tags.

Writer Profile
Cristino Alberto Gómez


Poeta, ingeniero agrónomo y educador. Nació en Fondo Grande, Loma de Cabrera, el 24 de julio de 1987. En 2007 recibió el Premio de Poesía Biblioteca W.K. Kellogg en la Universidad EARTH, Costa Rica, con el poema “Ha vuelto el agua”. Su bitácora digital fue galardonada, en el marco de la XI Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2008, como uno de los cinco blogs distinguidos de literatura dominicana.
En 2010 publicó el poemario “Ha vuelto el agua”, difundido principalmente en Costa Rica y en las librerías virtuales. El mismo año, publicó de manera electrónica los libros “Quítame las horas”, “Sudores de cafetal” y “Arrancado de raíz”. Sus escritos en verso y prosa se han divulgado en diversos medios impresos y digitales, incluyendo antologías, blogs, diarios, revistas y portales literarios.
Comments
You must be a TakingITGlobal member to post a comment. Sign up for free or login.