by Caleb Ordoñez Talavera
Published on: Jul 10, 2007
Topic:
Type: Opinions

Cuando vemos que las elecciones en nuestras ciudades se resuelven por menos del 50% de los que pueden votar podemos darnos cuenta de la gran apatía que hay en los electores… la pregunta es: ¿Por qué?

Por el desprestigio en las campañas

Alguien me comentó un día que el problema en México es que ningún mexicano ha sido instruido para competir; ganar y perder. Desde muy pequeños creemos que para ganar hay que primero aplastar a nuestro adversario, hacerlo ver mal ante los demás y mofarnos de su derrota. Es así como, reuniendo estas caracteristicas, podemos ostentarnos como “ganadores”.

Asimismo, cuando perdemos buscamos alguna alternativa nueva para lograr, a pesar de todo, la victoria. De ahí surge el famoso “GOL GANA” en la cascarita de fútbol en el recreo de la primaria, que a pesar de ir perdiendo por 3 goles o más todo se resuelve en un ultimo gol, en una oportunidad que ya teníamos perdida.

En la democracia que vivimos la competencia entre los partidos políticos puede llegar a ser tan tormentosa que la gente se decepciona de las contiendas electorales. Un ejemplo de ello es la forma en que en poco menos de 3 meses la imagen de Andrés Manuel López Obrador fue devastada por una anticampaña promovida por el Partido Acción Nacional quien al verse imposibilitado de alcanzar el triunfo en las preferencias, idearon una campaña de desprestigio que logró seducir a miles de votantes. Asi fue, después de que AMLO era conocido por el excelente gobierno que había realizado en la Ciudad de México,cuando miles le seguian, proclamándole “El rayito de esperanza” y la
opción para el pais, los panistas simplemente voltearon esos valores que veían como puntos fuertes en López Obrador para llamarle: “Un peligro para México” .

Tanto escuchamos esa frase que al final de cuentas muchos la compraron y la siguieron transmitiendo. A unos días de la elección AMLO era proyectado como un ser sin escrúpulos, soberbio, prepotente, que odiaba a los ricos y resultaba una amenaza para el país en general. Dicha anticampaña fue tan intensa y fructífera que desplomaron la popularidad de AMLO y luego ya todos sabemos el resultado del 2 de Julio del 2006 donde Felipe Calderón, un pequeño hombre que sin hacer mucho alarde ni comprometerse mucho con la gente logró ganar las elecciones mas discutidas, oscuras y dudosas de la historia de México. Fueron millones y millones de pesos que se utilizaron para que la gente dudara su voto, se llenara de temor y, al fin de cuentas,no fuera a votar.

En Chihuahua ocurrió algo casi idéntico, en las pasadas elecciones del 1 de Julio recibimos cientos de correos electrónicos contra Alejandro Cano donde varias presentaciones de “Power Point” y videos de “you tube” atacaban ferozmente al candidato priísta llamándole: Narcotraficante, mentiroso, ladrón y en algunos videos terminaban asentando: “¡Por que te conocemos, no te queremos!” Esas acciones no logran ganar votos a favor del PAN, pero si obtienen que la gente tenga temor al momento de votar, influye en sus conciencias, afectan su voluntad y al final de cuentas logran que las personas no voten.

Según especialistas el PAN ganaría la gran mayoría de las elecciones cuando se obtenga la menor cantidad de votantes posibles. Sucedió el 1 de Julio del 2006 y se repitió el 2 de Julio del 2007 ¿Coincidencias? No lo creo, las anticampañas logran su objetivo cuando la gente se ve desinteresada en las votaciones y de esa manera candidatos que si estaban en el ánimo de los ciudadanos aún por 10 o 15 puntos (como en el caso de Andrés Manuel López Obrador o Alejandro Cano) pierden, Es toda una obra maestra orquestada por asesores profesionales en la guerra sucia (por cierto muy bien pagados con cientos de miles de pesos).

El abstencionismo es una estrategia que los partidos políticos utilizan cuando sus candidatos no pueden llegar a la gente por sus propuestas o bien por que son tan grises que simplemente no logran dar un poco de color a sus campañas.

Por la falta de propuesta y de discurso.

En muchas ocasiones he escuchado que el discurso político esta obsoleto, pasado de moda y que la gente ya no le interesa escucharlo. Lo de ahora es hablarle a la gente “de tú” que sean los candidatos “frescos” a la hora de tomar un micrófono. A pesar de que en mucho tienen razón con esta idea de hacer más fresca a la política en base a eventos vistosos, innovadores y con una gran logística comparable a eventos televisivos, la verdad es que la gente busca que los políticos sean políticos. Que su discurso penetre las conciencias y convoque a la esperanza. Hoy en día los políticos tienen más interés en su aspecto físico que en el intelectual y principalmente en su discurso. Entonces la gente no tiene interés en los debates,

Es tan poderosa la fuerza de la palabra que un discurso bien dirigido y lleno de esperanza puede darle sentido a una campaña política. Hubo un discurso de Luís Donaldo Colosio que lo colocó ante la sociedad como un líder que venía a cambiar para bien la política, el lo llamó “Quiero ser presidente” donde decía que quería encabezar una nueva etapa de cambio en México. “Veo un México con hambre y sed de Justicia… Es la hora de reformar el poder, de construir un nuevo equilibrio en la vida de la República; es la hora del poder del ciudadano. Es la hora de la democracia en México; es la hora de hacer de la buena aplicación de la justicia el gran instrumento para combatir el cacicazgo, para combatir los templos de poder y el abandono de nuestras comunidades.” Hoy, escuchar un discurso con estas líneas no provocaría a nadie.

En 1994 eran suficientes para “acabar” con una persona, pues para muchas personas las palabras de Colosio fueron una soga en su cuello, eran verdades tan absolutas que en medio de la falsedad que nos hacían creer revolucionaron al país.

La gente busca de los políticos mensajes llenos de esperanza y de cambio, que los eleve a imaginar una mejor calidad de vida, mensajes de progreso y perfiles que reivindiquen la actividad política. Poder ciudadano como Colosio ofrecía. Es el discurso político el que realmente la gente quiere escuchar de un político.

El abstencionismo solamente podrá ser vencido, y dejará de ser un fracaso en la democracia, cuando la sociedad encuentre en si misma la capacidad de hacer entender a los políticos que el poder del voto no se puede comprar con la guerra sucia y que la propuesta debe ser el estandarte más importante, pues la propuesta le gana a la “grilla”, la “mapachería” y las despreciables mentiras como trenes ligeros, alarmas en todas las viviendas, entre otras. Es una nueva generación de políticos la que la sociedad anhela, de hombres y mujeres que provengan directamente de la sociedad y trabaje para darle poder a la sociedad misma.


« return.