En el año 2000 los Jefes de Estado y de Gobierno de 189 países se comprometieron a trabajar arduamente para alcanzar los denominados “Objetivos de Desarrollo del Milenio” (ODMs), ocho objetivos considerados como básicos para mejorar las condiciones de vida de la población mundial y superar situaciones de extrema pobreza; sin embargo, luego de siete años las evaluaciones realizadas prevén que la mayoría de las metas fijadas no podrán lograrse para el año 2015 y que en el caso de la erradicación de la pobreza, el objetivo no será alcanzado antes del año 2100, si se sigue trabajando al ritmo actual.
Como muchas otras promesas realizadas en reuniones internacionales, los ODMs no se lograrán para el año 2015 por falta de voluntad política para trabajar mancomunadamente entre los Gobiernos y porque en la mayoría de los casos son el resultado de responsabilidades adquiridas internacionalmente sin que exista un verdadero compromiso, como intento para cumplir con la deuda social acumulada a lo largo de los años en la mayoría de los países.
Un mecanismo para contribuir al logro de los objetivos del milenio, al menos los que involucran y afectan más directamente a la población (pobreza extrema, analfabetismo, enfermedades) son las denominadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), a través de las cuales se puede contribuir principalmente a la educación de los pueblos, lo que conducirá además a incrementar las posibilidades de acceder al conocimiento y a que las personas cuenten con mayores herramientas para superarse y mejorar sus condiciones de vida, bien sea por su trabajo individual o por acciones mancomunadas.
A modo de ejemplo se puede señalar que en Venezuela desde hace años se han empleado la radio y la televisión como herramientas pedagógicas para educar a la población, iniciando hace casi tres décadas con la iniciativa adelantada por el Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA), a través del cual se emplea la radio como mecanismo de enseñanza y participación ciudadana, mediante clases que son impartidas en la actualidad por nueve emisoras radiales en siete estados del país, actividades complementarias de orientación y espacios de opinión. Más recientemente, el Gobierno Nacional ha adelantado programas sociales en materia educativa conocidas como Misión Robinson I (alfabetización), Misión Robinson II (educación primaria), y la Misión Ribas (educación Media Diversificada); estos programas educativos emplean video-clases en diversas materias, las cuales son dirigidas por un facilitador que hace las veces de docente.
Lo anterior es sólo una pequeña muestra de las oportunidades que brindan las TICs para lograr la educación de la población; a las que habría que sumar las ventajas de contar con acceso a Internet, a la información que es accesible en ella, a los cursos a distancia para formación, a las campañas de educación, entre otros. Actividades que contribuyen a que la población se supere y cuente con mayor preparación para insertarse en la vida productiva del país, mejorar sus condiciones sanitarias, dar mayores oportunidades a sus hijos, darle valor agregado a su trabajo, conocer sus derechos y deberes para ejercerlos, etc.; sin embargo, para avanzar en el empleo de las TICs como mecanismo para la educación y a su vez como herramienta para alcanzar los ODMs, se hace necesario que los Gobiernos, las empresas y los ciudadanos asuman la responsabilidad de trabajar en conjunto a favor de las metas establecidas para el 2015.
En el caso de América Latina, existen grandes oportunidades para emplear las TICs como mecanismo de sensibilización respecto a los ODMs y como herramienta educativa en virtud del idioma, de los valores comunes e idiosincrasia similar. Para ambas propuestas se deben formular proyectos pilotos, el primero de ellos enfocado en hacer del conocimiento público qué son y cuáles son los ODMs, su importancia, la necesidad de que todos participemos para alcanzarlos, cómo trabajar a favor de ellos, etc.; mientras que el segundo, debería estar orientado a ofrecer una educación básica e integral para la población de la región, cuyos contenidos sean actualizados periódicamente y estimulen a los beneficiarios a profundizar en sus estudios.
Tanto la campaña de sensibilización como el programa de formación educativa se adelantarían por radio, televisión e Internet, aprovechando la plataforma y posibilidades que ofrecen las iniciativas de Telesur y Radiosur; así como los esquemas de integración de la región, tanto los tradicionales (MERCOSUR, CAN y MCCA) como las nuevas propuestas (ALBA y UNASUR).
Sin embargo, para poder iniciar ambos proyectos se hace necesario trabajar en conjunto, contar con la voluntad necesaria para ello y hacer a un lado las diferencias políticas que generalmente es el mayor obstáculo para emprender acciones que beneficiarían a la mayoría de la población.
« return.