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El Estado y las Organizaciones de Jóvenes: Un Camino en Conjunto hacia el Desarrollo |
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Ponencia presentada en la “Primera Jornada de Discusión sobre Consejos Locales de Juventud”, organizada por el Proyecto Juventud de FLACSO y la Mesa de Concertación Juvenil de la Ciudad de Bs. As.; llevada a cabo el día sábado 7 de noviembre de 1998, en la Sede Argentina de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
INTRODUCCIÓN.
Buenos días, primero quiero aclarar que el presupuesto desde el que parto en mi exposición es que las políticas públicas de juventud, hasta el día de hoy, han sido escasas e insuficientes, y sería difícil decir que hay algún ejemplo exitoso que pueda mencionarse. La cuestión entonces, sería preguntarnos por qué el fracaso de las políticas públicas de juventud y qué es lo que debe hacerse para que esto cambie.
A partir de que 1985 fue declarado “Año Internacional de la Juventud”, los gobiernos comenzaron a prestarle especial atención a la situación de los jóvenes y aceptaron que si bien participamos del éxito o del fracaso de una determinada sociedad, sufrimos problemas especiales propios al sector. Ya sea por repercusión de los problemas generales, que limitan de modo particular nuestras posibilidades, ya sea de modo directo, por afectarnos específicamente a los jóvenes.
Con respecto a lo antedicho, las Naciones Unidas nos han distinguido a los jóvenes como “segmento etario de población, con una realidad plural y heterogénea, que se encuentra en un período de transición hacia la vida adulta, en circuitos de desarrollo bien diferenciados”. La juventud no sólo sería entonces una etapa biológica, sino que también una posición social, culturalmente atribuida y socioeconómicamente condicionada, siendo la edad una premisa necesaria pero no suficiente.
Es porque los jóvenes representamos un grupo social estratégico, que se justifican el diseño y ejecución de políticas y la promoción de una legislación que posibilite la protección de nuestros derechos.
En Argentina, a pesar de haberse producido un avance importante en cuanto a la consideración del joven como sujeto destinatario de políticas específicas a partir de 1985, manifestándose esto en la continua y sostenida creación de organismos estatales, no ha significado la implementación de una política sostenida y efectiva que redundase en beneficio para los jóvenes.MODELOS VIGENTES.
EL CASO ARGENTINO.
NUESTRA PROPUESTA: INTRODUCCIÓN A UN MODELO PARTICIPATIVO.
Cuando hablamos de políticas orientadas a generar participación de los jóvenes debemos aclara, primero, qué modelo de políticas públicas queremos y, segundo, qué entendemos por efectiva participación juvenil.
El primer paso es pensar en un modelo de política pública que nos haga partícipes de las decisiones que nos afectan, a través de la cual se generen espacios y oportunidades que garanticen la libre expresión de nuestras demandas y propuestas a la sociedad.
En el orden de los organismos encargados de desarrollar las políticas públicas de juventud existen básicamente:
· Estructuras centralizadas, generalmente los Institutos, Secretarías, Direcciones, etc., de juventud, locales, encargados específicos de la problemática juvenil.
· Estructuras transversales, fundamentadas en que los problemas de los jóvenes son cuestiones que atraviesan transversalmente todas las áreas del gobierno (generalmente como Comisión Interministerial, es el caso de España).
Cabe aclarar que también existen sistemas “mixtos” en Estados donde existe un Instituto de la Juventud y una Comisión Interministerial, por ejemplo, y juntos elaboran los Planes para el desarrollo juvenil.
· Lo que puede llamarse “la no estructura”, en Estados en los que los jóvenes sólo se ven beneficiados por programas destinados a toda la población, de la que el joven es constituyente.
Así mismo, desde la Mesa de Concertación Juvenil, pensamos que toda política debe partir del reconocimiento de nuestro potencial, como eje conductor de una propuesta orientada a paliar las oportunidades, para que podamos asumir como corresponde nuestro papel en la formulación de un proyecto de un nuevo contrato social y por consiguiente de una nueva sociedad, más justa, tolerante y solidaria.
Ante el vacío que nos propone la política estatal de juventud, los jóvenes, desde nuestras organizaciones y en la Mesa de Concertación Juvenil, nos propusimos elaborar una propuesta de modelo de cooperación para el desarrollo, un mecanismo hasta ahora nunca aplicado en la Argentina, aunque en otros países de América hace desde algún tiempo que se aplica con éxito y en los países de Europa es un mecanismo plenamente afianzado y desarrollado. Quiero destacar tres aspectos fundamentales que no deben perderse de vista durante las instancias de elaboración y ejecución para que la política a desarrollar sea efectiva, en cuanto a llegada a la población y aprovechamiento de los recursos:
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Damian Profeta
Damián Profeta. Argentino. Contradictorio. Pesimista sin darse por vencido. Desordenado. Ingenuo. Tímido, reflexivo y silencioso. Torpe. Entre su gusto por la política y su necesidad de poesía. Un buscador.
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